PUEBLOS Y ALFOCES BURGALESES DE LA REPOBLACIÓN
Gonzalo Martínez Diez
Las primeras divisiones administrativas comienzan a insinuarse en las crónicas y en la documentación de la segunda mitad del s. IX, aparecen ya configuradas en las mayor parte de ellas en los diplomas del s. X y están todas testimoniadas en el s. XI
Corresponden plenamente a la época condal (850 – 1037) y representan las subdivisiones territoriales de los condados que con el nombre de Castilla se agruparon bajo el gobierno de Fernán González y de sus descendientes durante cinco generaciones.
El gobierno del reino, en lo que atañe a Castilla, estaba organizado en tres niveles jerárquicos:
- – el rey que gobernaba la totalidad del reino,
- – los condes que regían los condados, partes importantes del reino
- – los tenentes que estaban al frente del castillo que constituía la cabeza y daba nombre al alfoz. Dentro del alfoz podían existir otras fortalezas o torres siempre subordinadas al castillo principal.
Los alfoces fueron las circunscripciones básicas de la organización territorial.
El alfoz era en estos siglos un distrito dependiente de un castillo, no de una villa ni una ciudad. El régimen jurídico del alfoz corría a cargo del tenente, que a su vez era un delegado unipersonal del conde en cuyo condado estaba enclavado el alfoz y el conde finalmente estaba sujeto a la autoridad real.
El alfoz de Ordejón era uno de los 39 distritos o circunscripciones básicas en que se dividía la provincia burgalesa en estos siglos.
EL ALFOZ DE ORDEJÓN
Las primeras noticias de este alfoz nos remontan al s. X en el documento fundacional del Infantazgo de Covarrubias por el conde de Castilla Garci Fernández, fechado el 24 – XI – 978. “De Orzellione illo monasterio Sanctorum Cosme et Damiani et Corbiellos et Santi Quirici et Sancti Andre et illo Bustello”, según se recoge en el libro Fuentes para la Historia de Castilla, Tomo II, pág. 19 del Cartulario del Infantado de Covarrubias, escrito por el P. Luciano Serrano.
La tenencia de este castillo de Ordejón, sito sobre una escarpada peña unos 1.200 m. al este de Ordejón de Abajo, se reitera en la documentación, así el 29 – I – 1186 se menciona “dominante comité don Fernando en Amaia et Orseio” en la pág. 65 de la obra citada. Más frecuentemente se nombra en la documentación del monasterio de San Miguel de Villamayor de Treviño.
El alfoz de Ordejón se extendía por la cuenca alta del Odra, situado entre los alfoces de Panizares, La Piedra, Villadiego, Treviño y Amaya.
Al alfoz de Ordejón pertenecían los actuales pueblos siguientes:
1.- Congosto: Según el libro Fuentes para la Historia de Castilla, Tomo II Cartulario del Infantado de Covarrubias aparece nombrado ya en el s. X, concretamente en una escritura del 31- V – 950 en la que el presbítero Belasco cede al monasterio de San Cosme y San Damián de Congosto la granja de Humada “Sanctorum Cosmas et Damianus corum vaselica fundata est in loco que dicitur Congusto iusta Orcelione” .
Posteriormente el conde de Castilla Garci Fernández, hijo de Fernán González donó este monasterio a la Iglesia de Covarrubias en el año 978.
Su iglesia parroquial de San Pedro perteneció a la abadía de Covarrubias hasta 1757 como consta por las visitas canónicas efectuadas por el abad o sus delegados. En lo civil dependió durante la Edad Media del Hospital del Rey de Burgos.
2.- Fuencaliente de Puerta: Citado en 1352, en el Becerro de las Behetrías como Fuente Caliente de Puerta.
“Este logar es behetría e son vasallos de Juan Rodríguez de Sandoval e son naturales del dicho logar los de Sandoval e Gutierre Fernández Delgadiello”
El “Libro becerro de las behetrías de Castilla” escrito por orden del Rey Pedro I. Es un censo de mediados del s. XIV de unas dos mil poblaciones castellanas agrupadas en las distintas merindades existentes al norte del río Duero. Comprende las actuales provincias de Palencia, Burgos, Cantabria y pare de las de Valladolid, Soria, La Rioja y Álava.
En este libro se indica el nombre del lugar, su estatuto jurídico, es decir si es realengo, solariego, abadengo, behetría, encartación o mixto, si está poblado e indicando la cuantía de las prestaciones campesinas que se debían satisfacer por regalía o por derecho señorial.
La behetría es una modalidad de señorío, que convivió con otras formas como el eclesiástico, el solariego o el realengo. Mediante la behetría, una población y en definitiva sus vecinos, tenían derecho a elegir a su señor y pactar las condiciones de su encomienda, esto es, las prestaciones a cambio de protección.
3.- Fuenteodra: Citado en el 1352, en el Becerro de las Behetrías como Fuente Odra, origen del río Odra.
“Este lugar es del Mestre de Calatrava.
Derechos de rey: non nada.
Derechos del señor: dan al señor cuyos vasallos son en infurción cada año media fanega de zeuada.
Dan de martiniega cada año los del dicho lugar XXX maravedís. Et estos maravedís que los lieua el maestre”.
Los vínculos sociales y económicos establecidos entre señores y vasallos variaron en función del tiempo, de los territorios y de la personalidad de unos y otros. Sin embargo, la obligación de rendir vasallaje al señor feudal y el pago de impuestos permanecería a través de los siglos.
Título de Señor (Señorío): el título de Señor poseía autoridad jurisdiccional, esto es; estaban autorizados por el rey para ejercer no sólo su dominio, sino también todo tipo de autoridad, entre la que se contaba la de impartir justicia, conceder premios o castigos, imponer tributos. etc.
Son cuatro las clases de señoríos:
Señorío de solariego: era el otorgado por el rey a algún noble o personaje importante del reino. En este señorío los vasallos no tenían derechos.
Señorío de abadengo: concedido por el Rey a la iglesia o a un monasterio. Era más tolerante, aunque también abusivo, para los vasallos.
Señorío de behetría; palabra que proviene del latín «Bienfectoría». En ellos, los vasallos podían elegir y nombrar a su señor (tras petición al rey y concesión de éste).
Señorío de realengo: bajo jurisdicción real. Se denominaban Señoríos de realengo, a todas aquellas comarcas, villas y ciudades que no estaban comprendidas en las tres clases anteriormente citadas y, por tanto, dependían directamente de la autoridad real.
Como hemos visto entre las prerrogativas del rey, del señor o de la Iglesia estaba la de cobrar impuestos a sus vasallo a cambio de prestarles protección y servicios.
En el s. XIV los contribuyentes o pecheros pagaban por casi todo ya que existían numerosos impuestos, los más comunes eran:
– Servicio: son los impuestos que el rey solicitaba a sus súbditos para hacer frente a gastos extraordinarios, por ejemplo, guerras u otros episodios excepcionales. Previamente a su cobro, el rey necesitaba la aprobación de las Cortes. Aunque se trataba de un impuesto extraordinario, con el tiempo acabaron siendo un pago habitual.
– Infurción: era un tributo que se pagaba al señor de un lugar por los beneficios obtenidos al cultivar sus tierras. El campesino devengara infurción por trabajar un solar ajeno pero a la vez por ser vasallo
– Monedas: Otro impuesto extraordinario previamente autorizado por las Cortes, con la diferencia de que éste era periódico y se pagaba cada siete años.
– Fonsadera: Era el tributo que debían pagar los hombres libres y vasallos en concepto de contribución a la defensa del territorio, y también se llamaba así al trabajo personal que dichas personas realizaban para mantener en buen estado las construcciones defensivas; estos trabajos personales no generaban pago alguno.
Es una especie de rescate que paga el campesino a cambio de no acudir al fonsado, es decir, de no ser alistado en las levas del rey en caso de guerra.
– Martiniega: Son las rentas habituales pagadas en el mes de noviembre, sobre la festividad de San Martín.
– Marzadga: Impuesto que se cobraba en el mes de marzo, después de la matanza que se suponía a los vasallos con más reservas.
– Yantar: Derecho del señor y su séquito de albergarse, durante el viaje por su feudo, en casa de cualquiera de sus vasallos, comer en ella y exigir que sus monturas recibiesen alimentos. En principio, el impuesto era eventual y se pagaba en especie, pero con el tiempo pasó a pagarse en moneda.
– Sernas: Era la obligación que tenía cualquier campesino acogido a un régimen señorial, de trabajar las tierras del señor (además de las suyas propias). Así, pues, las sernas no son exclusivas de las behetrías, se dan también en zonas feudales de abadengo y solariego.
4.- Humada: El cartulario del Infantado de Covarrubias menciona Humada ya en el s. X concretamente en un documento fechado el 31 de mayo de 950 en el que el presbítero Belasco cede al monasterio de S. Cosme y S. Damián de Congosto la granja de Humada.
“locum illo situ in territorio in villa que dicitur Fumata …”
El monasterio de Oña poseyó en Humada heredades de consideración que cedió en arriendo durante el s. XIII al de Hornillos, llamado también Rocamador (Berganza, Antigüedades de España, II, 137 167). En las cuentas de dicho monasterio, efectuadas por los abades de Silos y Cardeña en 1338 se ve que Humada estaba comprendido en territorio de Treviño (Archivo de Valladolid, Silos, vol I, fol. 325).
5.- Ordejón de Abajo: Como hemos visto anteriormente la primera cita de Ordejón es del 31-V-950 en la donación que el presbítero Belasco hace de la granja de Humada al monasterio de San Cosme y San Damián en Congosto.
“… sanctorum Cosmas et Damianus, corum vaselica fundata est in loco que dicitur Congusto, iusta Orcelione”.
Comprendía varios pueblos de importancia y bien fortificados que fueron dados en arras a la reina Doña Leonor, mujer de Alfonso VIII (Mondejar, Memorias …. Alfonso VIII, apéndice XL; Silos, ms. 7. fol. 122)
6.- Ordejón de Arriba o San Juan: Aparece citado en en un documento fechado el 14 – IV – 1185 por el que Alfonso VIII cede a la catedral y obispo de Burgos el monasterio de S. Juan de Ordejón.
“ …dono et concedo Deo et beate Marie Burgensi ecclsie et vobis domno Marino, eiusdem eclessie instante episcopo et omnibus succesoribus vestris monasterium Sancti Johannis, quod est in Orzeion”
7.- Rebolledo de Traspeña: Citado por El P. Flórez en su obra España Sagrada, vol XVI, pag. 489 en la que hace referencia a los préstamos que hicieron las iglesias de las diócesis de Burgos “… Rebolledo 15 maravedís”.
En el libro Becerro de las Behetrías de Castilla, 1352, aparece con el nombre de Rebolledo de Villamartín.
“Este logar es de behetría e son vasallos de Lope Díaz de Rojas, e son naturales de dicho logar los de Rojas e Gutiérre Fernández Delgadiello.
Derechos del rey: Dan cada año al rey por martiniega CV maravedís. Pagan al rey monedas e servicios e non pagan yantar nin fonsadera nin nunca la pagaron.
Derechos de los señores: “Dan al señor cuyos son cada año por infurción cada uno media fanega de pan por medio trigo o zeuada”
8.- San Martín de Humada: Hacia 1440 Pedro de Cartagena inició los trámites de la creación del mayorazgo de los Cartagena, y fue sin duda alguna el verdadero creador del linaje. El mayorazgo de los Cartagena estaría formado por bienes tanto propios como los adquiridos por Pedro de Cartagena. Este mayorazgo estaba constituido por: una casa-palacio colindante con la calle de Cantarranas, en Burgos; el lugar de Olmillos con sus vasallos, derechos, propiedades, señoríos y casa-fuerte; un señorío en Villusto, el pueblo de San Pedro y San Martín de Humada.
En el Becerro de las Behetrías, año 1352, aparecen dos lugares con similar nombre, Fumada de la Behetría y Humada, ambas adscritas a la merindad de Villadiego. El primero de ellos debe identificarse, según G. Martínez Díez, con la actual Humada. El otro lugar, llamado Humada, sin más, y que aparece como perteneciente a Santa María de Rocamador, según el mismo autor corresponde al actual San Martín de Humada y a otro barrio anejo ya desaparecido, San Pedro de Humada. Parece ser, en todo caso, que bajo el topónimo de Humada se encuadraban unos cuantos barrios, conformando una entidad constituida por pequeños núcleos, cada uno con su parroquia, de las que conocemos al menos los nombres de San Andrés, San Pedro, San Quirce, San Millán de Casasola, San Martín y San Miguel.
Transcribimos lo que dicho libro dice sobre Humada teniendo en cuenta que, según la opinión de G. Martínez Díez se refiere a San Martín de Humada.
“Humada: Este logar es de Santa María de Roquemador.
Derechos del rey: Dan al rey monedas e servicios quando los echa non pagan yantar nin fonsadera.
Derechos de los señores: Dan a la orden de Santa María por infurción cada año XV celemines de pan el tercio trigo et las dos partes zeuada e la mujer viuda que da la meitat de dicho pan. Et da por martiniega a la dicha orden XIIII maravedís cada año”
9.- Villamartín de Villadiego: Aparece citado como Villamartín de Fumada en el Libro Becerro de las Behetrías de Castilla en el año 1352.
“Villamartín de Fumada. Este logar es behetría e son vassallos de Lope Diaz de Rojas e son naturales de el dicho logar los de Rojas e non dan por naturaleza ninguna cosa.
Derechos del rey: Dan al reyada año por martiniega XXVI maravedís. Pagan monedas e servicios, non pagan yantar nin fonsadera nin las usaron nunca pagar.
Derechos de los señores: Dan al señor por infurción cada año de cada solar poblado seis celemines de par por medio trigo o ceuada”
DESPOBLADOS EN EL TERRITORIO DEL ALFOZ DE ORDEJÓN
Nota: Las coordenadas geográficas de los despoblados no se corresponden con las actuales
1.- Bustillo: Citado en el Cartulario del Infantado de Covarrubias, pág. 19 en el documento de la fundación de la abadía e infantado de Covarrubias por el conde de Castilla Garci Fernández fechado el 24 – XI – 978
“De Orzellione, illo monasterio Sanctorum Cosme et Damiani, et Corbiellos, et Sancti Quirici, et Sancte Andre et illo Bustello cum suas defesas”
Despoblado en el término de San Martín de Humada a unos 1.800 m, 400 m. a la derecha de la carretera que conduce a Humada, muy cerca de la raya divisoria de los términos de ambos lugares en el pago llamado El Bustillo donde se han encontrado vestigios de poblado. Mapa 1/50.000, hoja 166: latitud 42º 39´58”, longitud 0º 21´55”.
Nota: Actualmente en el límite entre San Martín y Humada hay un arroyo llamado Bustillo y el término se conoce como Royo Bustillo.
2.- San Andrés de Humada: Al igual que el anterior citado en el Cartulario del Infantado de Covarrubias, pág. 19 en el documento de la fundación de la abadía e infantado de Covarrubias por el conde de Castilla Garci Fernández fechado el 24 – XI – 978
“De Orzellione, illo monasterio Sanctorum Cosme et Damiani, et Corbiellos, et Sancti Quirici, et Sancte Andre et illo Bustello cum suas defesas”.
Despoblado en el término de Humada. 1.000 m. al NE, a la derecha y lindando con el camino que sale por la derecha de la carretera que sube a Valdelucio, a los 300 m. de dicho camino se conocen restos en el pago llamado San Andrés.
Mapa: 1/50.000, hoja 134; latitud: 42º 40´ 25”, longitud 0º 23´ 12”
3.- San Cristobal: Despoblado en el término de Ordejón de Arriba, 800 m. al sur, en torno a la fuente de San Cristol, a la derecha y lindando con la carretera de Villadiego a Humada, donde aún son visibles algunos restos.
Mapa: 1/50.000 hoja 166: latitud 42º 37´26”, longitud: 0º 21´ 47”
Recogido de la tradición oral.
4.- San Pedro de Humada: Despoblado en el término de San Martín de Humada, 700 m. al S.O., en torno a la fuente de San Pedro donde todavía se conocen los restos de poblado.
Mapa: 1/50.000, hoja 166, latitud 42º 39´ 28”, longitud 0º 21´ 22”.
Parece ser que bajo el topónimo de Humada se encuadraban unos cuantos barrios, conformando una entidad constituida por pequeños núcleos, cada uno con su parroquia, de las que conocemos al menos los nombres de San Andrés, San Pedro, San Quirce, San Millán de Casasola, San Martín y San Miguel.
En el censo de 1591 encontramos el nombre de San Pedro de Humada únicamente con 5 vecinos.
5.- San Pelayo: Despoblado en el término de Ordejón de Arriba, 1.000 m. al noreste, a la derecha y lindando con el camino de los Ordejones a Fuencaliente de Puerta, en el inicio de un vallejo, donde se han conocido edificaciones en el pago llamado San Pelayo.
Mapa: 1/50.000, hoja 166, latitud 42º 38´03”, longitud 0º 21´07”.
Recogido de la tradición oral.
6.- San Quirce de Humada: Despoblado entre los términos de Villamartín, Congosto, Ordejón de Abajo y Humada. Lindando con el río Odra y con el camino que conduce de Villamartín de Villadiego a los Ordejones.
Mapa: 1/50.000, hoja 166, latitud: 42º 39´15”, longitud: 0º 24´40”.
Citado en el cartulario de Covarrubias en el documento ya citado del 24 – XI – 978 “De Orzellione, illo monasterio Sanctorum Cosme et Damiani, et Corbiellos, et Sancti Quirici, et Sancte Andre et illo Bustello cum suas defesas”.
- Amancio Rodríguez López en su obra “El Real Monasterio de las Huelgas de Burgos y el Hospital del Rey” Tomo I en una nota al pie del texto en la pág. 88 de dicho libro escribe sobre San Quirce que D. Pedro I en el referido libro de las Behetrías le denomina San Quirce de Humada, pero su padre, Alfonso XI, sólo dice San Quirce y que no ha encontrado más datos que estos dos para demostrar el Señorío del Hospital sobre este lugar. Según su criterio sólo debió pertenecer al Hospital del Rey “el pueblo de Humada, que está a 10 leguas de Burgos y tres y media de Villadiego, según referencia del “Libro Tumbo del Hospital del Rey” pág 573 en que consta la existencia de un privilegio de Alfonso XI defendiendo el derecho del Hospital sobre el monte de dicho lugar.
Según el libro de las Behetrías, estaba enclavado en la merindad de Villadiego, y hablando de él dice:
“Sant Quirce de Humada.
Este logar es del Hospital del Rey, cerca de Burgos.
Derechos del Rey: pagan al rey monedas e servicios quando los echa.
Derechos del Hospital: dan cada año por infurción al dicho hospital de cada casa una fanega e quatro celemines de cevada e quatro dineros, e quel da por martiniega cada año cien maravedís”
En mismo libro, página 533, el autor publica un Apéndice dedicado a la “Colección Diplomática del Real Monasterio del las Huelgas de Burgos y del Hospital del Rey”, en el documento número 138, fechado en setiembre de 1318, el Rey Alfonso XI confirma el Señorio del Real Monasterio y del Hospital del Rey todas su exenciones, franquezas y libertades así como sus derechos priviliegiados, con enumeración de todos los lugares que estaban en su tiempo bajo la jurisdicción de la Señora Abadesa de las Huelgas. Entre esos lugaras figura “Sant Quirse”
7.- Traspeña: Despoblado en el término de Rebolledo de Traspeña. 2.000 m. al norte con alguna derivación al oeste, en tono a la ermita de La Magdalena, a unos 300 m. del manantial del mismo nombre aguas abajo a un lado y a otro del arroyo que procede del mismo. Se han conocido abundantes restos y se da al despoblado el nombre de Traspeña.
Mapa: 1/50.000, hoja 134; latitud 42º 41´57”, longitud: 0º 26´52”.
Recogido en la tradición oral.
En el alfoz de Ordejón existió también el despoblado de Corvillos, diminutivo de cuervos, que acaso pudiera corresponder a uno de los dos recogidos en la tradición oral y conocidos por el nombre del titular de la iglesia: San Cristóbal o San Pelayo, aunque el nombre de Corvillos se ha olvidado totalmente.
EL CASTILLO DE ORDEJÓN
Como hemos indicado al principio los alfoces eran territorios que se organizaban en torno a un castillo.
A fines del 1086 Alfonso VI pone al Cid a frente de diversas tenencias castellanas, entre ellas la de Ordejón.
Según narran las crónicas con motivo de un desencuentro con el rey Alfonso VI, debido a que el Cid no acudió en su ayuda en la batalla de Aledo es condenado por segunda vez al destierro. El rey apresó a doña Jimena y a sus hijos, que habían quedado en el castillo de Ordejón, cabeza de una de las tenencias de Rodrigo , aunque los liberara al poco tiempo y les permitiera marchar a unirse con su marido y padre.
LA LEGENDARIA BATALLA DE ORDEJÓN
Cuenta la leyenda épica que uno de los enfrentamientos decisivos entre las tropas asturianas y las tropas francas en las que participó el héroe saldañés, Bernardo del Carpio, ocurrió en las proximidades de Amaya, en Ordejón, en el año 842. Bernardo acompañaba a las tropas de Alfonso III para enfrentarse a un incursión de los francos que había invadido Castilla.
Tras una dura batalla, Bernardo entabla un combate singular con Bueso, supuesto primosuyo. Primero a caballo con lanzas; luego con espadas. Finalmente Bernardo acaba matando a Bueso y los francos, al verse sin caudillo, huyen del lugar.
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