21 noviembre, 2024

El partido de Villadiego

MESA DE BURGOS.

La Mesa burgalesa del Palace

M.C. Sánchez / Burgos – lunes, 1 de diciembre de 2008

La Casa Regional de Burgos en Madrid, lugar de encuentro rico en programación cultural, reúne cada día a cientos de burgaleses que buscan mitigar la nostalgia por sus orígenes

La Casa Regional Mesa de Burgos en Madrid arrancó su andadura a comienzos del siglo pasado, aunque sería después de la Guerra Civil cuando empezó a funcionar como una auténtica institución orientada a convertirse en punto de encuentro entre personas afines por su procedencia.

La denominación de esta asociación se remonta en sus orígenes a los comienzos de su propia historia. A partir de 1939, burgaleses ilustres pensaron que sería bueno reactivar las funciones de la Casa, extinta durante la Guerra Civil. Así comenzaron a reunirse en el hotel Palace de Madrid en una sala que poseía una larga mesa. En ella, muchos de los residentes en la capital de España y nacidos en Burgos concurrían a tomar café y comentaban la actualidad de su ciudad y provincia. Así se decidió añadir simbólicamente la palabra «Mesa» al nombre de la institución.

En palabras de Félix Pérez y Pérez, presidente de esta casa regional, «se trata de un lugar de conciliación, un centro de recuerdo que intenta mitigar la nostalgia de los que salieron de su tierra, como si se tratase de una gran familia en la que se analizan los problemas de la provincia con la objetividad que da la distancia». Para Pérez, es en las casas regionales donde mejor se comenta y se observa el progreso de los lugares de origen, pues, como afirma, «se ve con cierta perspectiva. Desde Madrid comentamos cómo funciona Burgos, cómo ha evolucionado, qué cosas han cambiado y cuáles quedan por cambiar. Al mismo tiempo, desarrollamos una labor de coordinación y fraternidad a través de iniciativas culturales de gran importancia», comenta.

Sus Actividades

Desde su resurgir, la casa regional «Mesa de Burgos en Madrid» ha sido muy bien considera por intelectuales y administraciones.

Entre las actividades organizadas por el centro destacan las conferencias, celebradas por periodos trimestrales cada jueves a las 19:30 horas, que ya suman las mil convocatorias.

Con más de 300 socios numerarios que pagan una cuota, hace poco la Casa incorporó la nueva categoría de «socios correspondientes», que son aquellos que, aunque no viven en Madrid y no pueden acudir a las iniciativas organizadas, son simpatizantes de la institución y la apoyan como embajadora de la cultura de Burgos. Situado en la calle Augusto Figueroa, sus instalaciones cuentan con un bar-cafetería, una biblioteca, una hemeroteca, una sala de la juventud, una biblioteca circulante y un gran salón.

-PARTIDO DE VILLADIEGO

  1. Julio Pérez Cuesta hace un recorrido por los pueblos del partido judicial de Villadiego en forma de versos escritos en el año 1.953.

Prosa que cae en verso

DINTEL

Como no vais a escuchar

a un poeta sino a un lego

nada tiene que extrañar

que no queráis esperar

y toméis “las de Villadiego”

PRIMERA PARTE

En el pórtico de Villadiego

Las montañas y los ríos

los bosques y las mesetas

inspiran a los poetas

en su artístico albedrío.

Las cañadas y llanuras

los picachos y praderas

los valles y las alturas

los sotos y las riberas.

Los caminos y senderos

los chopos y robledales

las vegas y los trigales

de las musas son veneros.

Las yuntas y las carretas,

al tiempo que viene el día

elevan a los poetas

en alas de fantasía.

Las aldeas y las villas

con sus calles y plazuelas

los mozos y las mozuelas

los chiquillos y las chiquillas.

Los rebaños que regresan

meneando las esquilas

son bellezas que embelesan

y entran por las pupilas.

El tañido de los cuernos,

la cellisca en las ventanas

que azota por las mañanas

el cierzo de los inviernos.

Las flores de primavera

en las lindes y en los prados

que alfombran de mil maneras

los caminos y sembrados.

Y las rosas entreabiertas

y las hojas que se forman

y las aves que retoman

tan  bulliciosas e inquietas.

Convidan  a la alegría

y ofrecen horas de calma

y por la bella policromía

deja extasiada el alma.

Aprieta el sol de Castilla

¡Cuál prometen los frutales!

Ya sazonan los trigales

y se prepara la trilla.

Los zagales canturrean

para espantar la galbana

y a las yuntas vapulean

bajo el sol que las aplana.

Contempla el agricultor

el colmo de sus graneros

cual fruto de sus desvelos

y premio de su sudor.

Un claroscuro no está lejano

y como la noche sucede al día

viene el otoño tras el verano

con su perpetua melancolía.

Y así soñando, soñando llego

aqueste pórtico que yo quería

y así penetro en la geografía

de mi partido de Villadiego.

SEGUNDA PARTE

En el partido de Villadiego

Pequeño río llamado Lucio

no da corriente mas no te asombre

porque se gasta para dar su nombre

al ancho valle de Valdelucio.

Con escaseces el Lucio riega

y se entretiene en alguna presa

va murmurando y al cabo llega

a darse un beso con el Camesa.

Vegas y prados el valle tiene

con que mantiene ricos ganados

mas otro impulso por arbolado

a buen seguro que le conviene.

Las buenas gentes no se percatan

del beneficio de la arboleda

y con el trigo y muchas patatas

esos labriegos conformes quedan.

No hay monumentos extraordinarios

ni en arte existe ningún detalle

si bien se cuentan en todo el valle

no menos de trece campanarios.

Hay una ermita de cierta fama

allá en Pedrosa junto a Arcellares

que el vecindario devoto aclama

y a la que eleva sus pesares.

Muchos exvotos no poco oscuros

son testimonio de los fervores

que la santina trocó en favores

y hogaño adornan aquellos muros.

Es de la Vega la romería

de aquellos valles la más hermosa

muchos romeros, mucha alegría

la fiesta han hecho la más hermosa.

Deportes viejos que no se estilan

pasar los bolos y echar la barra

se impone el baile y también la jama

que aquellos mozos hogaño empinan.

También al norte se encuentra el Tozo

con Basconcillos por cabecera

con poca cosa para un esbozo

todo lo bello que yo quisiera.

En el Tozo se cuentan ocho lugares

Hoyos y el centro, que es Basconcillos,

San Mamés y Prándanos con Talamillo,

Trashaedo y Barrio con Arcellares.

Es Basconcillos pequeña aldea

con una iglesia y con una hermita

con gente alegre que no escasea

y más tabernas que necesita.

Tiene dos ferias, si no me engaño,

por ser el centro de la comarca

y a cierto radio su nombre abarca

el par de fiestas durante el año.

Ciertas razones muy singulares

nostalgia ponen en estas notas

y me recuerdan estos lugares

cosas con vida siendo remotas.

Peatón que cruzas por la Lorilla

que es una lora de poca monta

vete con calma, la vista pronta

contempla absorto la maravilla.

De un nuevo valle que se aparece

si el cielo aquel nada lo empaña

verás lo bello que se te ofrece

la agreste mole de Peña Ulaña.

Que allí se empina como un vigía

de las entradas y las salidas

en ese valle de Valdehumadas

que yo presiento en la lejanía.

Siete lugares tiene el concejo

gente labriega, los vecindarios,

y este detalle que nunca dejo

ya que me encantan los campanarios.

Fuenteodra tiene grandes campanas

muy armoniosas y sonoras

cuyos ecos transmiten a varias horas

desde el Angelus por las mañanas.

Allí nace el Odra, por “Cantalgallo”

y apenas adquiere seria corriente

cuando se torna pobre vasallo

del río Pisuerga por San Llorente.

Éntrase el Odra, por cauce angosto,

donde se estudia, si viene a mano,

si el cauce es apto para un pantano,

llevando el cauce hasta Congosto.

Adiós Humada y los Ordejones

Fuencalenteja con San Martín

pues que me apuran graves razones

para encontrarme con Villamartín.

Allí, en presencia de sus casucas

y masa arbórea que le circunda,

algo medito con emoción profunda

desdeñando cosas en realidad caducas.

Iglesia linda que al mirar me abismo

como que guarda lo que yo más quiero

lo que estimo tesoro de  mi bautismo

y la fe de la infancia que yo venero.

Pórtico bello de las tres arcadas

yo te quisiera como fuiste antaño

por ti protesto del reciente daño

¡malhayan sean las feísimas fachadas!

Que matan la luz y hieren la armonía

de un pórtico bello casi sin igual

que imita en conjunto la simetría

del pórtico hermoso de Sandoval.

Campanas de bajo, atiplados esquilones

arco de estilo de torre castellana

dan a los ecos de la grande campana

notas de cielo y unción de oraciones.

Toca la campana cuando raya el día

sus ecos sonoros son la voz de Dios

y siempre que toca se oye el fervor

con que todos rezan el Ave María.

Altura rocosa, señora que imperas,

pétrea montaña, gigante atalaya,

yo te recuerdo de mil maneras

cumbre imponente de Peña Amaya.

Se ve el Pisuerga, que parece un mar

muchas montañas, muchos poblados,

terrenos yermos, páramos pelados,

esbeltas torres y la paramera de Melgar.

Patrono del pueblo es San Martín

pero es el Corpus la fiesta mayor

turnando las fiestas con Villamartín

Rebolledo y Fuenteodra, según tradición.

Se ven devotas y alegres caras

despliegan al aire morados pendones

encabezando airosos las procesiones

que presiden justicias con sendas varas.

Cohetes y bombas los aires atruenan

volteo de campanas que giran veloces

tambores y gaitas acordes resuenan

y el clero entona litúrgicas voces.

Cada año celebran con pueblos lindantes

en lo “comunero” fiestas pastoriles

allá en la pradera y pagos cerriles

donde los pastores retozan campantes.

Allí es el bullir y el alegre yantar

no siendo rara la cómica nota

tocando la gaita que hacen hablar

tirando de firme del porrón y la bota.

Abundan los piropos y chicoleos

hacen las zagalas como que enrojecen

los rabadanes como que enloquecen

así en toda la siesta siguen los jaleos.

Sestean en San Quirce y sus confines

y hacen cambalaches con los cencerros

incitan las peleas con los mastines

y luchan jabatos, novilos y becerros.

Vamos a Amaya, pequeña villa

con mucha leyenda y brillante historia

que nos dejaron una auténtica memoria

de algún pasado de maravilla.

No existen blasones ni pergaminos

en los archivos de su concejo

que guiarnos puedan en los caminos

para hallar lo noble  entre lo viejo.

Del famoso castillo ni piedras quedan

no corren historias ni tradiciones

tampoco hay leyendas ni cronicones

que con sus apuntes alumbrarnos puedan.

Tiene el castillo un romance viejo

del que se ignora su melodía

en su leyenda se observa un dejo

rancio y orlado de fantasía.

Dime castillo, castillo de Sasamón

¿Quién tus almenas y tus torres abatió?

El castillo de Amaya no pudo más que yo

pues sólo los siglos abatieron el peñón-

Antigua ciudad, hogaño pequeña villa,

iglesia bella que airosa remata

con otras muchas, en esta Castilla

que honores merecen de colegiata.

Adiós, mi pensamiento veloz recorre

otro concejo de seis lugares

con casas y cosas todas vulgares

nombrado hemos Rebolledo de la Torre.

Necesito aclarar este pensamiento

antes que la idea de mi mente se borre,

un pórtico tiene, que es  un monumento,

la magnífica iglesia de Rebolledo de la Torre.

Montes pelados, gargantas y castros

que desde el Collado llegan a Villela,

tocan Castrecías y la Rebolleda

y pasan de Valtierra por el Albacastro.

Hemos de abreviar el itinerario

no haciendo otra cosa para terminar

este raro croquis un tanto arbitrario

que nombrar los pueblos todos al pasar.

Partamos de San Quirce a Sotovellanos

guiando los pasos por la carretera

que es por su importancia casi de primera

a Cuevas tendremos como de la mano.

Sigue la ruta, viajero que no desmaya,

toparás con Salazar antes que Sotresgudo

y dejarás a Puentes de Amaya

cual metido en un embudo.

Ya pasamos por Sotresgudo y estamos en  Sandoval

¿por qué “de la Reina” es esta villa?

Porque en la historia “buen vasallo es Castilla”

por eso de Sandoval quiso ser a la reina leal.

Allende el Pisuerga hay Castrillo

con su Hinojal de agregado

castro no tiene ni se conoce castillo

ni tampoco Zarzosa que campa a su lado.

Llanura que a tierra de Campos raya

abajo de Sotresgudo, Barrio de San Felices,

con su anejo, Cañizar de Amaya

si no incurriere en geográficos deslices.

A poco que sigamos toparemos con Guadilla

extraña toponimia que dicen de “Villamar”

Guadilla no tiene río y está lejos del mar

vaya un “Villamar” que no tiene mar y es villa.

En pasando Guadilla y su terreno más hondo

Santa María tendremos con su anejo Tagarrosa

sin que olvidemos el lugar de Rezmondo

en esta planicie con sus trigales hermosa.

Y narrando de prisa con escaso aliño

encontramos Villaizán y también Villamayor

sin que sepamos de fijo y la razón

es este sobrenombre que dicen Treviño.

Otra vez el Odra aparece y Villanueva

Sordillos se menciona y Tapia se divisa

se Villamorón y también Villegas

y por aquí Villadiego casi se pisa.

Un pequeño pueblo de imaginación

y con claridad los pueblos diviso

de los Palazuelos y Rioparaíso

que son del concejo de Villavedón.

El Rioparaíso algo gracia tiene

porque ni es paraíso ni le baña el río

si ese nombre le conviene

vaya toponimia que parece un lío.

Barrios y Villusto y otro Villalvilla

y otro lugarejo que dicen Tablada

y otro Villanueva que abarca Bohada

con más Fuencivil y su Quintanilla.

Yendo por el páramo estará Acedillo

con sus anejos Bustillo y Hormazuela

la Nuez de Arriba y Úrbel de Castillo

y Quintana del Pino que es una aldehuela.

Viene Coculina con sus dos anejos

si mal no recuerdo Brullés y Melgosa

en el río Brullés, que es la única cosa

que citarse puede de estos lugarejos.

Olmos tiene un castillo de sillería

en sus troneras ya no hay cañones

sino el arrullo y la algarabía

de las palomas y sus pichones.

Al mencionar a Tobar el páramo es notorio

pueblos antaño de la husada y la mazorca

ya en Villanoño ya en Castromorca

y en otros lugares hasta Montorio.

Villadiego a tus puertas rendido llego

en cuanto por último, mencione Arenillas,

se acabaron, por fin, los pueblos y villas

de nuestro partido de Villadiego.

Oyentes que en Villadiego estamos

porque me place, las últimas pinceladas

a la villa cabeza las dedicamos

con expresiones cordiales y emocionadas.

Tiene la villa recuerdos gratos

de sus festejos con alborozos

de cuando niños y cuando mozos

que allá pasamos alegres ratos.

Amplia y alegre su plaza mayor

embrujo tiene el soportal doblado

que sabe de tratos y sabe de amor

y en uno y en otro está patentado.

Garbosos paseos arriba y abajo

en aquellas plazas y aquellos portales

se ofrecen brazos y ajustan zagales

en la más curiosa bolsa de trabajo.

Del padre Flórez y a su mayor gloria

en la plaza mayor su estatua se alza

y así Villadiego su fama realza

y honra a su hijo que brilla en la historia

Hay en la villa dos templos bellos

San Lorenzo mártir y Santa María

de bella raza y antiguos ellos

siendo notoria su singular valía.

Hogaño se admiran algunas casonas

recuerdos de hidalgos y nobles varones

que lucen escudos y rancion blasones

como fueros Velasco, Porras y Varonas.

Fin de los versos escritos en prosa

indulgencia pido y aquí me quedo

si quise y no puedo dar otra cosa

perdón espero, amigos todos de Villadiego.

                                                          JULIO PÉREZ CUESTA

                                                  Madrid, 20 de noviembre de 1.953

  1. Julio Pérez Cuesta, periodista, ha sido Redactor Jefe de “El consultor de los Ayuntamientos”, escribió en la década de los cincuenta del siglo pasado el libro “Parece Cuento”, donde, según su propia opinión, recoge “sencillas y amenas costumbres castellanas narradas en novela rosa”.

Para explicar la desaparición del lugar de S. Quirce ha ideado un argumento novelesco dotado de gran realismo.

Escribe el propio autor en el prólogo de su obra “Parece Cuento”:  “Para explicar de algún modo la desaparición de S. Quirce, sobre cuyo solar pisé muchas veces cuando joven, concebí la idea de escribir un cuentecillo de color de rosa; pero luego, contra mi voluntad, empujado por los propios personajes que yo creé, el trabajo resultó largo para cuento …

El benévolo lector es posible que crea adivinar historia donde sólo haya fantasía, y al revés …”

                                                                               Madrid, 15 de marzo de 1.955

              Portada del libro “Parece Cuento”

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