21 noviembre, 2024

Los escritos del Sr. Juan Antonio González

 Recojo, a continuación, una serie de relatos, poesías y escritos fruto de la afición de D. Juan Antonio González por la escritura y la composición poética.

Juan Antonio González fue pastor por las tierras de Amaya y sus alrededores, quien a pesar de no poder asistir a la escuela, por tener que dedicarse al pastoreo, ha demostrado poseer unas cualidades excepcionales para la poesía y la narrativa.

Destacar la fina sensibilidad y la riqueza de vocabulario impropia de una persona que apenas pudo recibir la instrucción elemental, lo que demuestra su fuerza de voluntad para convertirse en autodidacta y desarrollar su capacidad creativa.

Finalmente decir que estos escritos han llegado a mis manos gracias a María Teresa Gutiérrez, nieta de otro personaje a quien también hemos reservado un hueco en esta web. Se trata de su abuelo, Joaquín Gutiérrez, quien ejerció durante muchos años el oficio de pastor en estas tierras y también gran aficionado a la escritura. 

Transcribo, a continuación, la obra de D. Juan Antonio González comenzando por las composiciones poéticas en verso como: A la peña Amaya, Canción Pastoril, Las modas, Tengo celos de la fuente, …

A LA PEÑA AMAYA

Hela allí, radiante y bella,

subir del cielo a la cumbre

y ceñirse con la lumbre

que el fúlgido sol destella.

Con qué majestad descuella

su frente que al cenit toca

templo gigante de roca

donde ofician los querubes

y do entre inciensos de nubes

el nombre de Dios se invoca.

Por sus ásperas quebradas

do el águila audaz anida

y hace el lobo su guarida,

van los buitres en bandadas,

rompe en las hondas cañadas

la catarata rugiente

que lanza por la vertiente

su tesoro de cristal

al son del canto triunfal

oxigenando el ambiente.

¡Salve bendita montaña

del pueblo mío querida,

que llevas mundos de vida

engendrados en tu entraña!

A tu sombra la cabaña

del pobre ventura alienta

cuando la ronca tormenta

ruge por los agrios riscos.

¡Qué alegre ve en sus apriscos

los ganados que apacienta!

Aunque el invierno de nieve

manto espléndida te vista

jamás tu chazuela entrista

la desventura más leve.

Con fe que el alma conmueve

no pasa una sola fiesta

sin bajar la abrupta cuesta

muy de mañanita al llano

en donde el templo cristiano

yergue su torre modesta.

Y con este corazón

con que la cellisca arrastra

ante al sacro altar se postra

murmurando su oración.

El verle con qué emoción

besa el consagrado suelo

remontando a Dios el vuelo,

vuelo que sublima

fe más grande que tu cima,

cima que sube hasta el cielo.

¡Tu cima! aún me figuro

del alba pura al nacer

por ver primera ascender

tu camino áspero y duro.

Respiro aquel aire puro

y entre tañer de cencerros,

ladrar lejano de perros

y cánticos de malvises

envuelto en tus nieblas grises

voy trepando por tus cerros.

Con qué lánguido desmayo

falto el cuerpo de reposo

sobre algún peñón fragoso

la vista es redor explayo

bañando en el limpio rayo

con que ya el sol resplandece

allá muy lejos se mece

del mar el espejo azul

que besa el aéreo tul

y en él fundirse parece.

Mas cerca valles profundos

que sonoras fuentes riegan

casitas que se repliegan

cabe huertos floribundos

bosques de árboles fecundos

de cuya espesa enramada

al sonreír la alborada

con vírgenes destellos

brotan miles de gorjeos

en dulcísima algarada.

Allí una roñosa piedra

que al cielo ufana se yergue

a un lado rústico albergue

hecho en la intrincada breña.

Ora un caudal que despeña

su carga diáfana, limpia, pura.

Ora una áspera fragura

en la cual de siglos viejo

desmaya frondoso tejo

sus penachos de verdura.

Mas nada, ¡oh Peña Amaya!

de tu gentil panorama

un amor tan puro inflama

cuando en ti mi vista explaya.

Como la preciosa playa

que allá de un valle en el seno

ofrece el vergel ameno

donde el nido de mi aldea

en tu verdura blanquea

de aromas y encantos llenos.

Con qué inefable contento

caro rincón te saludo

desde este peñasco rudo

donde a descansar me siento.

No extrañes el pobre acento

con que mi labio osa hablarte

para quererte y amarte

le basta a mi inspiración

ir rica de corazón

si falta de galas y artes.

Salud, visión hechicera,

flor de eflúvicos aromas

nido de blancas palomas

replegado en la ribera

para ti la primavera

bordó manto de esmeraldas

destrenzó sobre tu espalda

árboles seculares

y de huertas y pomares

llenó tu ondulosa falda.

Brinda a tu sueño suave

el claro arroyo, murmullos

la tórtola amante, arrullos

endechas de amor el ave,

nadie los encantos sabe

que tu rico seno encierra

pues desde el valle a la sierra

el cielo pródigo quiso

desplegar un paraíso

sobre tu bendita tierra.

Allí brisas voladoras

que por boscajes y huertos

alzando gratos conciertos

baten sus alas sonoras.

Allí radiantes auroras

y crepúsculos divinos.

Allí arroyos cristalinos

y paisajes que embelesan

y pájaros que no cesan

de dar al viento sus trinos.

Cuánto ansía el hombre amar,

de encantador y de hermoso

cielo de lumbre radioso

sol de mágico brillar,

y en el seno del hogar

gente risueña y sencilla

 de cuya alma sin mancilla

como de su centro en pos

vuelan plegarias a Dios

que hizo tanta maravilla.

¡Oh, cuánto, cuánto te adoro

mi aldea blanca y lozana,

virgen como la mañana

que te ciñe rayos de oro!

Como al rico, su tesoro

como al rondador, la luna

como a una madre, la cuna

do duerme su ángel de amor

como al cisne el brillador

espejo de la laguna.

¡Hoy que tan lejos vivo de ti,

vivo sin hora de calma,

si vieran cual tengo el alma

por la dicha que perdí!

la senda del vivir sigo

¡Dichoso quien al abrigo

del hogar la vida pasa

y halla el fin, junto a su casa,

sepulcro en solar amigo!

Dios, su bondad no permita

ruja en tan grato vergel

la impiedad con que Luzbel

cerebros y almas agita.

Nunca en tu frente bendita

se nuble tu refulgencia

que siempre en santa  inocencia

cual hoy gozoso y tranquilo

sea de gozos el hilo

de tu preciosa existencia.

Y tú, mole de granito,

que ceñida de penumbras

tus mil picachos encumbras

escalando lo infinito.

Tu acaso oíste el grito

a cuyos ecos fecundos

por los espacios profundos

rompió la vida a rodar,

y viste rugir el mar

y los soles y los mundos.

Tu, desde tu siento innoble

vela porque el mío

de esta edad el yugo impío

nunca la alta frente doble

Sea su fe como el roble

o las rocas de los mares

y en los tumultos y azares

que hoy tronos y aras derrumban,

jamás vencidas sucumban

sus creencias seculares.

Antes rota en mil pedazos

su mole gigante ruede,

antes sepultada quede

el sol de la noche en brazos,

antes se rompan los lazos

que liga la tierra al cielo,

antes se desgarre el suelo

por terremoto iracundo

y antes cadáver el mundo

tienda a la nada su velo.

CANCIÓN PASTORIL

Viva el humor y la juerga

la unión y la sociedad

de unos buenos compañeros

la mañana de San Juan.

Para trazar cuatro versos

tiendo mi numen al viento

y sobre el papel mi pluma

y mi corto entendimiento.

Por mostrar la buena unión

que cinco amigos tuvimos

en el vallejo de Amaya

el día que nos referimos.

Hacía ya cierto tiempo

que teníamos pensado

juntarnos en el vallejo

el día ya señalado.

Ya resplandece la aurora

y el sol extiende sus rayos

ya se aproxima la hora

de soltar nuestros ganados.

Cada quien por su colada

marcha airoso y decidido

dirigiendo su ganado

al valle ya referido.

Ya dimos somo al vallejo

y al punto hemos divisado

a Secundino y Evencio

en el cotorro colorado.

Se reanima la alegría

de aquel valle solitario

al tañer de los cencerros

que llevan nuestros ganados.

Las diez y media serían

cuando ya juntos estamos

nos dimos los buenos días

y de salud nos hablamos.

Los cinco con alegría

en buena armonía estamos

Secundino, Ricardito,

Evencio, Antonio y Fernando.

A las doce menos cuarto

fuimos al arreadero

arreamos el ganado

y empezamos el jaleo.

Ya Secundino a Fernando

de dice de esta manera

venga esa bota de vino

y empecemos la juerga.

Fernando queda dudando

y hace un gesto negativo

y termina por decirle

que no la había traído.

Al oír estas palabras

le dice así Secundino

que me acompañéis o no

yo tengo de beber vino.

Estando en esta refriega

llegamos a divisar

al pastorcillo de Puentes

que nos viene a acompañar.

Ya arreados los ganados

cuando al punto divisamos

el rebaño de corderos

del hermano de Fernando.

Comenzamos por llamarle

pero inútil nos ha sido

por más que le voceamos

él no nos ha respondido.

Ya prestos a sentarnos

cuando el amigo Fernando

se dispone a caminar

para comer con su hermano.

Cuando el de Puentes llegó

la juerga quedó tramada

porque nos trajo de vino

la  bota y una garrafa.

Los otros cinco quedamos

para con buena armonía

los cinco juntos pasar

el resto del mediodía.

Juntamos en buena unión

la comida que llevamos

y todos juntos comimos

como un buenos hermanos.

Así seguimos la juerga

de vez en cuanto gritamos

¡amigos, viva la unión,

venga la bota y bebamos!

Terminamos de comer

nos pusimos a ordeñar

y de postre nos sirvió

pues no teníamos más.

Ya a las tres próximamente

termina la diversión

marchándonos a cumplir

cada quien su obligación.

Con un apretón de manos

nos dimos la despedida

unos vamos valle abajo

y otros marchan valle arriba.

De esta manera, señores,

a la juerga dimos fin

los de Amaya y el de Puentes

y los de Villamartín.

Y yo, como aficionado,

aunque poeta no soy,

he tenido el sumo gusto

de sacar esta canción.

Y por si ignoran quién soy

y mi nombre no lo saben

soy pastorcillo de Amaya

llamado Antonio González.

LAS MODAS

Mocito si buscas novia

no la busques en la moda

que suelen resultar mal

que la hermosura que hoy tienen

de solteras la sostienen

pero llega a fracasar.

Es tanta la fantasía

de las mozas hoy en día

que es una barbaridad

no saben arreglarse

para conseguir ganarse

de un mozo la voluntad.

Cuando salen por las tardes

a los paseos y bailes

con ánimo de cazar

como van tan arregladas

parecen inmaculadas

bajadas de un altar.

Las uñitas esmaltadas

las cejitas depiladas

y los labios de carmín

el vestir por la rodilla

y el escote a la tetilla

bastante dan que decir.

El pelo a la permanente

causa de su perdición

porque muchas con agrado

tienen el pelo abrasado

por lucir la ondulación.

También vemos otra moda

muy corriente por ahora

y es el tipo lineal

pues por lucirlo en la calle

tanto se oprime el talle

que apenas pueden andar.

Tanto las más delgaditas

como las más fuertecitas

todas quieren ser igual

por lucir igual tallado

llevan su vientre apretado

que no pueden respirar.

Con todas estas mixturas

pobrecitas criaturas

se creen que valen más

pero aunque sin pintar vayan

lo necesario es que valgan

para coser y demás.

Creen que son más bonitas

porque  con las pinturitas

se sepan perfeccionar

no piensan que los mocitos

viven desengañaditos

de toda esta falsedad.

Hay mozas que de solteras

llegan a causar de veras

ante el mundo admiración

luego han logrado casarse

y han conseguido ganarse

del cerdo la imitación.

De mozas muy presumidas

coquetas y llamativas

vistiendo rico percal

y luego cuando se casan

no saben barrear la casa

ni coserse el delantal.

Y si luego de casarse

han dejado de pintarse

si te fijas bien verás

están tan arrugaditas

que parecen ancianitas

de setenta o algo más.

Por eso atención mocito

el ojo has de llevar listo

si quieres mujer buscar

no sientas llevarla fea

con tal que curiosa sea

para su casa arreglar.

ANTONIO GONZÁLEZ

Peones de Amaya, febrero de 1.942

TENGO CELOS DE LA FUENTE

                 I

Caminito de la fuente

una rubia va por agua

tan airosa y sonriente

como el lucero del alba

con un cántaro en la mano

y en la boca una guirnalda.

Ay corazón, que aromosa es la huella

Ay corazón, que tras si ella dejaba.

ESTRIBILLO

Ay, ay, ay, ay

los cantitos de la calle

Ay, ay, ay, ay

lo hacía desviar

el viento que dejaba al pasar.

             II

Baja vestida de blanco

que parece una azucena

y al llegar junto a la fuente

de agua el cantarito llena

con movimiento de artista

lo coloca en su cadera.

Ay, corazón, que bonita es la imagen

ay, corazón, que el agua refleja.

ESTRIBILLO

Ay, ay, ay, ay

cómo sonreía el agua.

Ay, ay, ay, ay

ella sonríe también

parecía enamorada de él.

              III

No se enamoró del agua

ni tampoco de la fuente

que con su cariño hablando

yo la vi al día siguiente

con su cabello dorado

rizado a la permanente.

Ay, corazón, su novio la decía

ay, corazón, miedo tengo de perderte.

ESTRIBILLO   

Ay, ay, ay, ay

tengo celos de la fuente

ay, ay, ay, ay

no lo puedo remediar

tu hermosura el agua va a llevar

          IV

Con el nombre de María

parece estar bautizada

pues no hay clavel más galante

ni rosa más resalada

ni céfiro con aroma

como el que deja su cara.

Ay, corazón, que airosa va la niña

ay, corazón, cuando baja por agua.

ESTRIBILLO

Ay, ay, ay, ay

quién sería tu cantarito

Ay, ay, ay, ay

para tus manos rozar

y de tu hermosura disfrutar.

JUAN ANTONIO GONZÁLEZ

Peones de Amaya, 4-2-42

         TINITA

I

Con cabellos de oro, rosadas mejillas

y ojos que fascinan con sólo mirar,

baja por la calle

serena y airosa

la más blanca rosa de todo el lugar.

Fresca y sonriente como la mañana

antes que despunten los rayos del sol

desde su ventana

su bella hermosura

refleja mis ojos igual que un crisol (bis)

ESTRIBILLO

Tinita, flor de las flores

ensueño de mi querer

ausente de tu cariño

yo vivir no puede ser (bis)

Tú me robas la alegría

tú me quitas la ilusión

Tinita del alma mía

tú eres la alegría

de mi corazón.

Tinita, flor de las flores,

de todas las hembras eres la mejor.

                  II

No hay busto en el mundo de mármol ni piedra

que imiten su talla, su línea y perfil,

pues cuando sonríe, sus labios de grana

parecen dos vivos claveles de abril.

Bajo el verde sauce frondoso y florido

se hallaba una tarde cuando se acercó

un guapo mocito de ella enamorado

y el verla tan guapa con pena cantó (bis)

ESTRIBILLO

Tinita, flor de las flores

ensueño de mi querer

ausente de tu cariño

yo vivir no puede ser (bis)

Tú me robas la alegría

tú me quitas la ilusión

Tinita del alma mía

tú eres la alegría

de mi corazón.

Tinita, flor de las flores,

de todas las hembras eres la mejor.

JUAN ANTONIO GONZÁLEZ

YA NO TE QUIERES REÍR

             I

Sereno y tranquilo

al anochecer

crucé ayer tu calle

morena y salada.

Sobre tu ventana

dos pechos hallé

y no dirigiste

a mí tu mirada.

Al pasar junto a tu reja

yo no sé por qué una queja

lanzó ni pecho anhelante

que mi alma transida deja

mientras que yo esta copleja

entono calle adelante.

Ya no te quieres reír

ya no me quieres mirar

con ello puedo decir

que me quieres olvidad.

Que sí, que sí, que sí, que sí

que son tus ojos engañadores.

Que no, que no, que no, que no

que no son firmes tus amores.

Que sí, que sí, que sí, que sí

que sí conozco tu falsedad.

Que no, que no, que no, que no

que no me quieres de verdad.

          II

Me juraste un día

al amanecer

que mío sería

tu amor y cariño.

Hasta que ahora puedo

llegar a saber

que he sido engañado

lo mismo que un niño.

Las malas lenguas murmuran

y firmemente aseguran

que tu querer es farsante

que no es ni la hermosura

ni la esbeltez fina y pura

de tus mejillas radiantes.

Unos me dicen que sí

otros me dicen que no

y para más que decir

me lo afirma mi corazón.

Que sí, que sí, que sí, que sí

que es verdad que me has engañado.

Que no, que no, que no, que no

que no me miras ya con agrado.

Que sí, que sí, que sí, que sí

que sí te quise con ilusión.

Que no, que no, que no, que no

que no es ya mío tu corazón.

Quien te enseño tan tirana

quien tu querer me ha robado

quien te quiere, quien te adora

como yo te he adorado.

EL CREDO DEL ESTRAPERLISTA

Creo en el Estraperlo Todopoderoso

criador de la abundancia propia

y del infierno de la miseria ajena,

y en el egoísmo , su único hijo,

rey y seño de este mundo prevaricador,

que fue concebido por obra y gracia

del espíritu del mal

y nació de la malaventurada suerte

de los hijos de Adán;

hace padecer debajo del poder

de su despótico dominio,

crucifica, da muerte y sepulta

en los infiernos de la desesperación

a las víctimas de su explotación;

sube a los cielos de su soberbia

y se sienta a la diestra

de los poderosos de la tierra

para desde allí juzgar y condenar

a todo bicho viviente

que se le enfrente.

Creo en el espíritu maligno

del Estraperlo omnipotente,

la santa paciencia de los que lo toleran

la común unión de los que lo practican,

el perdón de los que a él se entregan

la resurrección económica de los que le siguen,

la vida perdurable de los que lo profesan.

AMÉN

EN EL AÑO 2.000

El que viva en el año 2.000

verá con asombro los tiempos cambios (bis)

pues no hará falta ni el albañil

aunque haya goteras en algún tejado.

Las niñeras serán suprimidas

porque los chiquillos ya vendrán criados

en los parques y avenidas

ya no las veremos con tantos soldados.

Los políticos no tendrán vida

ya el Congreso estará derribado

y cualquiera que una cosa pida

al momento lo tendrá aprobado.

Los serenos se darán el piro

porque ya las casas no tendrán portal

y cualquiera tendrá un autogiro

con una azotea para aterrizar.

No habrá huelgas, ni palos, ni tiros

porque ya la gente será muy formal

y los guardas serán despedidos

para su trabajo no habrá material.

Por la calle será perseguido

todo aquel que quiera vivir de un jornal

pero, en cambio, será distinguido

aquel que no quiera trabajar.

En el viaje directo a la luna

en quince minutos se podrá llegar

y podrá, sin molestia alguna,

subir a la luna y volver a bajar.

Los camellos, los cerdos y bueyes

encima del agua podrán galopar

y cualquiera será hombre de leyes

porque los borricos ya sabrán hablar.

Pero  ya se me aflojan los muelles

y con su permiso me voy a acostar,

mi cabeza tengo como un fuelle

y al año 2.000 no pienso llegar.

RECETAS CURATIVAS

PARA EL DOLOR DE CABEZA

Se coge trementina y cocaína, lengua de una gorrina, el rabillo de una boina, un metro de muselina, una caja de vaselina una lata de sardinas, una espuerta de tragaminas.

Todo esto bien mezclado se echa en un barril de mata de perejil, los colmillos de un jabalí, los pelos de un puerco espín, las escurriduras de un barril esencia de calcetín, el palillo de un pirulí, se mueve con una caña, se empapan cinco pañuelos, se pone en el cerebelo. Y si no se cura usted con este invento del demonio prepárese un equipaje que le espera el manicomio.

PARA EL DOLOR DE MUELAS

Se cogen tres sanguijuelas, seis zarpas de cazuela, el pávilo de un vela, cinco pedazos de suela, el refajo de mi abuela, las tripas de mi casera, un pedazo de éster. Después se coge almidón , pellejo de salchichón, las llantas de un camión, las pepitas de un melón, el pitorro de un balón, las lanas de un colchón, tres pastillas de almidón, los flecos de un mantón. Todo esto bien mezclado con escamas de pescado y escarabajos machacados. Se amarra a la muela con un cordel de siete metros. Se echa usted en la boca lo que dice la receta y por la gloria de mi madre que se vuelve majareta.

PARA LOS CALLOS

Se coge nitrato, orina de gato, suela de zapato, legañas de gato, lengua de chivato, cincuenta gusarapos. Se meten en un saco, se amarran con un trapo. Después se coge el pie, la sierra de un carpintero, la gorra de un cochero, la mano de un mortero, un pellejo de vino, las tripas de un cochino, cincuenta o cien pepinos. Se llevan a un molino, se muelen con tocino y si no se cura usted con esta gran receta no compre más medicinas y cómprese una muleta.

PARA EL ESTÓMAGO

Se coge una col, las manillas de un reloj, cinco bolas de alcanfor, los palillos de un tambor, los cuernos de un caracol. Todo esto, bien molido, se echa en un hornillo con cinco arrobas de sal, los alambres de un bozal, un cuarto kilo de cal, los calzoncillos de un rajá, medio litro de aguarrás, una araña disecada. Se machaca en un mortero con cascarones de huevo, las tripas de un borrego y la coleta de un torero.

El que padezca de estómago que lo toma al acostarse y, por la salud de mi suegra, que no vuelve a levantarse.

BONITA SOTA

Todo soltero me escuche

la letrilla de esta plana

que voy a decir verdades

de lo que pasa en España.

Daremos principio

por las solteritas

que aunque sean feas

parecen bonitas,

parece mentira

pero no lo es

con esta letrilla

lo voy a hacer ver.

De catorce a quince años

ya quieren tener marido

y por no se menos que otras

tratan de hacerse un vestido

y lo hacen elegante

de rico percal

pero las enaguas

son de algún costal

si lo digo todo

me muero de risa

mucho de vestido

poco de camisa.

De quince a los dieciocho

ya les gusta la función

bailes, comedias y toros

suelen ser su diversión,

se pintan la cara,

míranse al espejo

se van por las plazas

si hallan un cortejo

ellas lo que quieren

tener un buen novio

teniendo dinero

aunque sea un vicioso.

De los dieciocho a los

veinte todas quieren casar

pero el tiempo lo pasan

arreglándose el altar,

salen a la calle

con mucha belleza

aquél que las mira

parecen marquesas

mucho ringorrango

mucho rigodón

y ninguna sabe

coser un botón.

Vicentita, mi vecina,

sabe mucho presumir

pero la infeliz no sabe

un par de huevos freír,

el otro día por suerte

vi las enaguas

y hasta en los ribetes

lleva telarañas,

lleva la camisa

igual que el carbón

porque hace tres meses

que no se mudó.

Hay mozas que dan la coba

a la majestad divina

no saben coger la escoba

para barrer la cocina,

pasean las calles

con mucha finura

alerta mocitos

todo es compostura

su tipo y su garbo

va muy compuesto

pero la bonura

la llevan por dentro.

Las mocitas de hoy en día

se gastan unos zapatos

que no sé como se tienen

con ese tacón tan alto

con esos escotes

esta es la razón

llevan unas faldas

¡qué barbaridad!

de tan apretadas

no pueden andar.

María, la Candelaria,

es una mujer valiente

pero que la gusta mucho

el vino y el aguardiente

y jugando al burro

 se pasa los ratos

y al pobre marido

le lleva descalzo.

Aprendan los hombres

de esta satirilla

y de cada palo

fuera una costilla.

    SEGUNDA PARTE

He dicho de las mocitas

por el modo de vestir

también las casaditas

queda mucho que decir.

Sale Juan de casa

para su taller

y ellas, entonces,

comer y beber.

Se beben el vino

se comen las magras

y luego se acuestan,

dicen que están malas.

Hay mujeres que se casan

sin saber la obligación

el trabajo de su casa

ni pegar un mal botón,

el pobre marido

ha de trabajar

y luego la casa

tiene que arreglar,

ha de hacer la cama

y después fregar

y por la mañana

sacar el orinal.

Yo conozco a una casada

que bien se sabe arreglar

ni encender el fuego sabe

cuando se pone a guisar,

de comer acaba,

toda se embelesa

se duerme en la silla

sin quitar la mesa

si a barrer se pone

la grande gorrina

a pares de coces

aparta las sillas.

Lo que una soltera tiene

para saberse arreglar

lo tiene de desdichada

cuando se llega a casar.

Yo conozco una

que se componía

y ahora se compara

con la porquería,

lavarse no quiere,

del agua se aleja

ya le nace la hierba

detrás de las orejas.

Vivir alerta mocitos

que esto no es ponderación

el que pretenda casarse

le sirva esto de lección.

Si alguno se casa,

que no sea torpe,

para reglamento

que compre una garrota,

que aprenda a coser

y a hacer de comer

y si no el pellejo

se vuelve al revés.

He dicho de las mujeres

el arte de enamorar

pero también de los hombres

tenemos algo que hablar,

que hay algunos hombres

que a sus mujercitas

las mandan, a veces,

a varias visitas.

Comen bien y beben,

viven a lo trino

cuántos garrotazos

merecen algunos.

Vivir alerta mocitas

la que se quiera casar

que aquel que parece ermita

resulta ser catedral,

que hoy algunos hombres

buscan la mujer

para después hacerla

ganar de comer.

Ellos lo que quieren

tener siempre un duro

y a la mujer darle

palos como a un burro.

También hay algunos hombres

que tienen mucha afición

a estar siempre en las tabernas,

venga vino y venga ron

y al llegar a casa

con la filoxera

bailan los platos,

ollas y cazuelas.

Si la mujer habla,

con toda razón,

le coge un garrote

y hace la instrucción.

BANDO DEL ALCALDE DE VALDESIERRA

Yo, D. Cerilo La Garra,

alcalde de Valdesierra

y sus barrios adyacentes

y demás icétera, icétera

hago saber y dispongo:

Que en verano y primavera

cuando suben los calores

y se princpia la siega

no se consienta a las mozas

que ya pasen de quinceañeras

vayan con los brazos desnudos

y con las piernas sin medias

por los paseos de Soto

ni por las calles ni plazuelas

salvo a mujeres perdidas

que perdieron la vergüenza

que éstas, como hijas del diablo,

tienen “pa” eso licencia

con tal que no se presenten

por la plaza o por la iglesia

puesto que público sano

no consiente la indecencia

y cuando ocurra que alguna

sea del pueblo o de fuera

se presente de esa facha

de “zarramandusca” fresca

entonces todos los chicos

y chicuelas de la escuela

preparen bueno manojos

de ortigas que llaman meñas

y a las que infrinjan el bando

les froten brazos y piernas.

                                 Vuestro alcalde

                                  Cerilo La Garra

DADO EL VALDESIERRA

El pastor me hace señas

con la zamarra

qué querrá ese demonio

tan de mañana.

De tres días casados

me dijo el mi Juan

venderé los coralitos

que no hay para pan.

La pastora responde

muy enfadada

venderé el zurrón primero

que la zamarra.

Venderé hasta la lezna

si es de menester

aunque me hace falta

como la mujer.

La chiflita no la vendas

por amor de Dios

que es el mayor consuelo

para entre los dos.

Porque si al monte voy

a llevar comida

con ella me despiertas

si estoy dormida.

Vamos a lo que trajiste

al casamiento

tú trajiste

una cabra con dos cabritos,

la cabra que llamamos

los resbalitos.

Tú trajiste un perro

y ocho cencerros

y unas tijeras grandes

de afeitar viejas.

Con esto me dispido

de vos señores

que este es el testamento

de los pastores.

LOS SACRAMENTOS

Si quieres oír madama

los sacramentos cantar

incorpórate en la cama

los vamos a principiar.

El primero es el Bautismo

ya sé que estás bautizada

que te bautizó el cura

para ser buena cristiana

El segundo es confirmación

ya sé que estás confirmada

que te confirmó el obispo

para ser purificada.

El tercero penitencia

esa que me echan a mi

que el hablar contigo a solas

no lo puedo conseguir

El cuarto es la comunión

recíbela con anhelo

que si la recibes bien

derechita irás al cielo.

El quinto es la extremaunción

la que dan a los enfermos

a mi me la pueden dar

que por tus amores muero.

El sexto es el sacerdote

nunca lo he podido ser

toda mi vida estudiando

en los libros del querer.

El séptimo matrimonio

el que dan a los casados

si tú quieres y yo quiero

juntos seremos velados.

LOS SANTOS REYES

Esta noche son los Reyes

primeras fiestas del año

donde damas y galanes

a Dios piden aguinaldo

yo se lo vengo a pedir

a este caballero honrado.

Del Oriente Persia salen

tres reyes con alegría

van guiados de una estrella

luces de noche y día.

Esta estrella no es errante

ni es cometa dividida

que es un ángel que anunció

a los pastores la dicha

del nacimiento dichoso

de aquel Divino Mesías.

Caminan los tres gustosos

y llegando a Palestina

la estrella se retiró

porque Dios así lo quería.

No preguntan por posada

ni tampoco por comida

preguntan por aquel Rey

que es el autor de la vida.

Van al portal de Belén

donde la estrella les guía

vieron al recién nacido

en los brazos de María

y con grande reverencia

se postraron de rodillas.

Y al Niño Jesús adoran

y a su madre esclarecida

el uno le ofrece oro

el otro le ofrece mirra

y el otro le ofrece incienso

que para el cielo caminan.

Estos soberanos dones

que ofrecen con alegría

los heredaron de Abraham

y de su genealogía.

Oro ofrecen como rey

de todas las jerarquías,

el incienso como a Dios

potencia grande infinita,

la mirra como a mortal

misterios que ellos creían.

Este día de los Reyes

celebra la Iglesia misma

y su sagrado bautismo

en enero a los seis días.

Este día se pusieron

los tres reyes a una pila

donde fueron bautizados

por su ley santa y divina.

Tomás les echaba el agua

y su nombre les ponía,

a uno le puso Melchor,

a otro Gaspar ponía,

a otro Baltasar,

¡Oh, que feliz compañía!

Los años que éstos vivieron

en esta mortal vida

Melchor vivió 120

¡Oh, que edad tan florecida!

Gaspar vivió 110

¡Oh, que edad tan peregrina!

Baltasar 83

también edad muy cumplida.

En el año del setenta

según la pluma lo dicta

recibieron el martirio

por la iglesia esclarecida.

Y ahora, ilustres señores,

los que en esta casa habitan

mándenos el aguinaldo

para que logren la dicha

del nacimiento dichoso

del aquel divino Mesías.

            COPLAS

 Antiguamente cuando ocurría alguna desgracia o un acontecimiento de especial relieve, relacionado con sucesos luctuosos, normalmente crímenes pasionales o relacionados con temas de herencias,   se elaboraba una copla narrando dicho suceso. Estas coplas se vendían en las fiestas o romerías de los pueblos, al mismo tiempo que se cantaba con una musiquilla típica.

Recojo, a continuación la copla que narra un drama familiar ocurrido en Villamayor de Trevino (Burgos) , el día 13 de enero de 1.955

   DRAMA FAMILIAR

PRIMERA PARTE       

¡Oh, Virgen Santa del Carmen,

dadme inspiración y acierto

para poder explicar

este sangriento suceso.

Torpe se encuentra mi pluma

para poder redactar

el más grande parricidio

que se pueda ejecutar.

En la provincia de Burgos

partido de Villadiego

se halla el valle de Treviño

adonde dirigirme quiero.

A este pintoresco valle

pertenece, con cariño,

un pueblo denominado

Villamayor de Treviño.

En dicho pueblo, señores,

el día 13 de enero,

tuvo lugar este crimen que

hacer referencia quiero.

Este pueblecito alegre

siempre amante de la paz

hoy se halla lleno de espanto

por un drama familiar.

Según vamos a explicar

en dicho pueblo habitaba

un tal Celestino Pérez

a quien todos apreciaban.

Descendía de familia

humilde, buena y honrada

y en la clase labradora

también bien acomodada.

Su esposa también muy buena

y de familia pudiente

les diremos que se llamaba

Basilisa de la Fuente.

Según nos dice la gente

se casó en tan buena luna

que al poco tiempo se vio

multiplicar su fortuna.

Este honrado matrimonio

en gracia de Dios vivía

con sus dos hijos varones

y una hija que tenían.

Ricardo, Elena y Fernando

los tres hijos se llamaban

a quienes por su humildad

los padres siempre apreciaban.

Gozaban de gran prestigio

y nadie llegó a notar

en esta humilde familia

ninguna cosa anormal.

Así pasaron los años

llenos de felicidad

hasta que al fin los tres hijos

lograron poder casar.

Para mayor alegría

y estar mas entusiasmados

casan los tres en el pueblo

y todos bien colocados.

Estos eran labradores

y de nada les faltaba

puesto que igual unos que otros

de fortuna disfrutaban.

Con un amor sin igual

padres e hijos se querían

viendo la felicidad

con que unos y otros vivían.

Así fue pasando el tiempo

y el padre ya se encontraba

para poder trabajar

en edad algo avanzada.

Entre fincas y dinero

juntaba un buen capital

cosa que le permitía

vivir sin dificultad.

El año cincuenta y tres

Basilisa falleció

cuya muerte a Celestino

cambiar de vida obligo.

Tenía una hermosa casa

con un grandioso local

donde poder vivir

con toda comodidad.

Pero la labor casera

para el hombre nunca fue,

cosa que le acobardó

al faltarle la mujer.

Viendo que le era imposible

solo poderse arreglar

dispone con su hija Elena

hacer vida familiar.

En la paz más absoluta

Celestino convivía

con Miguel, su esposa Elena

y cuatro hijos que tenían.

Más poco tiempo duró

aquella felicidad

muy pronto entre la familia

nacía la enemistad.

A los hijos entregó

parte de sus cereales

algunos de sus ganados

y otras varias propiedades.

Valoran el capital

de la entrega repartida

dejándola sin tardar

en dinero traducida.

Una vez ya valorado

Celestino hizo un recibo

justificando la entrega

firmado por sus tres hijos.

Todos quedaron conformes

y todo seguía bien

pero el demonio lo enreda

como ahora lo van a ver.

Celestino al repartir

los bienes entre sus hijos

según dicen, en Elena

alguna mejora hizo.

Formalizan las hijuelas

y la transmisión de bienes

abonándose en hacienda

derechos reales que tiene.

Al dar por finalizado

el asunto de los bienes

el recibo antes citado

toda su validez pierde.

Pero vino a suceder

que el padre guardó el recibo

llegando un día a pedir

el dinero a sus tres hijos.

Estos se niegan a pagarlo

cosa que no le agradó

por lo que el día 13 de enero

a juicio los demandó.

En el juzgado de paz

del pueblo de Villamayor

el día ya referido

el juicio se celebró.

Como es cosa natural

todos al acto acudieron

pero Ricardo y Fernando

avenencia no quisieron.

El padre les exigía

íntegro todo el total

pero éstos accedían

sólo a darle la mitad.

La otra mitad entendían

que debía compensarse

a cuenta del capital

que dejó al morir su madre.

Según podemos saber

al morir ésta ha dejado

parte de su capital

que no estaba declarado.

Entre dinero y valores

además a ello ha llegado

treinta y dos mil duros suma

el valor no declarado.

Pero Ricardo y Fernando

el juzgado abandonaron

lo que nos da a comprender

que de acuerdo no quedaron.

Mientras tanto en la sala

el juicio se celebraba

una pareja de guardias

en la puerta vigilaba.

Según es de suponer

se comprende que lo harían

viendo ya la tirantez

que entre la familia había.

No tuvo necesidad

la guardia de intervenir

pues el juicio terminó

sin dar nada que decir.

Pero un ángel desde el cielo

parece les anunciaba

la horrible y fatal tragedia

que el demonio preparaba.

Daremos fin a esta parte

a la segunda pasemos

para declarar los hechos

que hasta ahora no conocemos.

      SEGUNDA PARTE

Ahora puedes, lector,

en esta letra fijarte

que te vamos a explicar

en esta segunda parte.

Ya he dicho que Celestino

tenía una hermosa casa

con varias localidades

aún siendo de planta baja.

En algunas de sus naves

ambas de su pertenencia

sus dos hijos encerraban

gran parte de sus cosechas.

Celestino y sus dos hijos

varias riñas sostuvieron

por lo que pronto verán

el triste final que tuvieron.

Las llaves con que las puertas

de estos graneros cerraban

al parecer Celestino

en su poder conservaba.

Aquellos dos almacenes

a causa de las reyertas

Celestino intencionalmente

dejó sus puertas abiertas.

Al enterarse Fernando

de aquella anormalidad

se fue a casa de su padre

para las puertas cerrar.

Éste le pidió las llaves

que Celestino negó

por lo que entonces Fernando

al juez de paz se marchó.

Una vez en su presencia

éste al juez ha preguntado

si la ley le concedía

poder poner un candado.

Se ve que el juez no dudó

y le dio el consentimiento

mas no pensó que podría

causar graves contratiempos.

Eran las tres de la tarde

cuando Fernando ha marchado

a la casa de su padre

para poner el candado.

Entró en casa decidido

y a Celestino ha encontrado

trabajando en la madera

cosa que era aficionado.

Cuando Fernando ponía

las anillas del candado

ha salido Celestino

y la idea ha reprobado.

Al prohibir tal medida

según nos dice la gente

se cree que discutieron

muy acaloradamente.

Celestino, enfurecido,

fue al taller de carpintería

con la idea de coger

un hacha que allí tenía.

Con gesto desafiante

con el hacha ha regresado

mas después de cierta lucha

el hijo le ha desarmado.

Un vez en su poder

con aquel arma homicida

se abalanzó sobre el padre

y pronto le quitó la vida.

Dos golpes en la cabeza

y otro en el hombro dio

bañado en sangre al instante

muerto en el suelo cayó.

A sus sesenta y seis años

daba pruebas de valiente

pero nunca pensaría

que un hijo le daría muerte.

Cuando vio muerto a su padre

de la casa se alejaba,

se va en busca de su hermano

que en un pozo trabajaba.

Le dice: “¡Ricardo!, sube,

que algo terrible ha pasado

vamos pronto y date prisa

que yo al padre he matado”.

Los dos juntos regresaron

con la faz tranquila y serena

dispuestos a ir a matar

los dos a su hermana Elena.

Como locos penetraron

en la casa de Ricardo

a coger una pistola

que tiene el nueve largo.

Mas la esposa de Ricardo

viendo su mala intención

cerró la puerta con llave

pero nada adelantó.

Por una puerta trasera

que dicha casa tenía

sin hacer caso a sus ruegos

los dos hermanos salían.

Cuando a salir se disponen

le ha salido al encuentro

un tal Domingo Chamón,

veterinario del pueblo.

Le dicen: “No haga bobadas,

mire que vamos armados”.

  1. Domingo, que esto vio

el paso franco ha dejado.

Al llegar donde su hermana

esta joven se encontraba

fregando en el portal

que a la casa daba entrada.

Sin decirle una palabra

ni tenerla compasión,

Ricardo con su pistola

dos tiros la disparó.

Elena, herida de muerte,

cayó en el suelo sin vida

pues metidos en el pecho

los dos tiros tenía.

No se conforman con esto

aquellas fieras malvadas

que por la espalda Fernando

le ha dado dos puñaladas.

Miguel Gallego, su esposo,

que trabajando se hallaba

en uno de sus graneros,

vio que llorando llegaba.

Un hijo de siete año

que el crimen ha presenciado

le dice: “¡Padre!, los tíos

a mi madre han matado”.

Miguel que oyó los disparos

pensaba en su triste sino

pero vio imposible hacer

frente a  aquellos asesinos.

Con el corazón deshecho

a casa de un vecino huyó

por espacio de tres horas

oculto permaneció.

Aquellos dos criminales

después que a Elena han matado

van en busca de Miguel

pero no le han encontrado.

A un criado que tenían

preguntan dónde se hallaba

pero este, sin vacilar,

su paradero negaba.

Marino Martín Alonso

el criado se llamaba

quien sabía a ciencia fija

donde el amo se encontraba.

Pero éste al ver que Ricardo

una pistola tenía

mintió intencionadamente

diciendo que no sabía.

Aquellos dos parricidas

viendo que no le encontraban

tranquilos y satisfechos

a sus casas regresaban.

Mientras Fernando se quita

sus ropas ensangrentadas

y a la autoridad se entrega

su hermano se suicidaba.

Cuando éste llegó a su casa

al pajar se ha encaminado

y con su misma pistola

un tiro se ha disparado.

Cuando la gente le vio

algo de vida tenía

y la pistola humeante

en la mano sostenía.

El doctor a él se aproxima

aunque con gran precaución

para volverle a la vida

le ha inyectado una inyección.

Aunque a costa de trabajo

la pistola le han quitado

más poco tiempo después

Ricardo había expirado.

El señor juez y el forense

de Villadiego llegaron

quienes sin más detención

las autopsias practicaron.

Mientras que Villamayor

de luto se revestía,

Fernando, preso en la cárcel,

del crimen se arrepentía.

Pero aunque se ha arrepentido

y luego se confesó

Dios le enviará el castigo

del crimen que cometió.

La causa del procesado

no podemos aclarar

mientras tanto que no llegue

el día del juicio oral.

Con esto, amable lector,

quedarás bien enterado

los malditos intereses

el resultado que han dado.

No sólo con el dinero

llega la felicidad

por su causa muchas veces

llega la fatalidad.

Así vino a suceder

con esta familia honrada

por humanos intereses

hoy la vemos destrozada.

Con dolor de corazón

de esta pluma me despido

y en esta narración mando

mi pésame más sentido.

Para aquellos doce niños

que en la desgracia han quedado

a Dios del cielo le pido

que les conceda su amparo.

Perdón pide de sus faltas

el autor de estos renglones

que lo es, Antonio González

con residencia en Peones.

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