SANTA TERESA DE JESÚS Y SU RELACIÓN CON HUMADA
Existen escritos que hacen referencia al linaje materno de Santa Teresa y su relación con el pueblo de Humada. Aquí recojo algunos de los más significativos ya que otros son meras copias de los aquí expresados.
HISTORIA DEL CARMEN DESCALZO.
Autor Fray Jerónimo de San José. Año 1638 Tomo I, libro II, cap. I,. págs. 307-310
En relación Ahumada, segundo apellido materno de Santa Teresa, el P. Jerónimo de San José escribe:
« El segundo apellido materno de nuestra bienaventurada Madre es el de Ahumada, antiguo, noble y (como dijimos del de Cepeda) muy significativo y misterioso. Esta voz Ahumada, derivada de humo, bien claro se ve lo que significa. Porque, o se toma por nombre sustantivo, y entonces Ahumada quiere decir la humareda o señal que con humo se hace de día en las atalayas para dar aviso unas a otras de que hay enemigos en la tierra, o en la mar, que como de noche se hace esta señal con fuego, cuya luz en las tinieblas resplandece, así de día se hace con humo que asombrando el aire resplandece con su obscuridad. Pero si esta voz Ahumada se toma por nombre adjetivo, quiere decir cosa denegrida del humo, o en que el humo ha hecho alguna impresión.
Parece haber tomado los Ahumadas este apellido de una hazaña que también les dio insignias y blasón. Porque al tiempo de la pérdida de España, se dice que habiendo defendido en Burgos uno de ellos, llamado Fernando, con tres hijos suyos, una torre o castillo que tenía a su cargo hasta que los moros le pegaron fuego, retirándose a las montañas con el infante D: Pelayo, le dio el Infante por armas una torre ahumada, echando llamas por puertas, ventanas y homenaje. Y es de creer tomaría de aquí este caballero el nombre y apellido de Ahumada (1). Añadieron después sus valerosos descendientes a este escudo tres corazones humanos y al pie de la torre unas aguas azules y blancas con una orla de sangre y en ella cuatro estrellas de oro, espada y brazo armado sobre el escudo, que todo tendrá su misterio y significación en testimonio de la nobleza y hazañas de estos caballeros. De este, pues, Fernando de Ahumada procedieron muchas nobles familias que se honran con este apellido, y principalmente dos: una que hizo asiento en el Valle y Merindad de Antezana, en las montañas de Burgos (2), la cual y sus descendientes han conservado el blasón y armas referidas. La otra en las mismas montañas en la villa de Ahumada, que por ventura fundaron ellos o, por lo menos, le dieron su apellido, y está en la Merindad que llaman de Villadiego, debajo de la Peña Damaya (3). Es behetría, que sólo los señores de la casa son exentos de pagar pecho y tienen cierto vasallaje sobre los vecinos de la villa.
Traen los de esta familia por armas, tres luceros de oro a ocho puntas en campo azul, aunque algunos de este linaje ponen cinco y añaden una cruz negra en campo de plata, que también tendrá todo ello su misterio fundado en las hazañas de los caballeros.
De alguna de estas dos familias vienen los Ahumadas de Ávila, de quien descendía la madre de nuestra gloriosa Santa, llamada Doña Beatriz de Ahumada. De dónde o cómo viniesen estos caballeros a la ciudad de Ávila no lo he podido averiguar, hallo empero vestigios de este nombre cerca de la misma ciudad, según lo que refiere Eutrando o Luitprando en sus fragmentos añadidos al Cronicón de este autor, donde dice que cerca de la ciudad de Ávila había un pueblo llamado en latín Fumada que, en vulgar, es Humada o Ahumada y que allí fue martirizado San Segundo, discípulo de Santiago, primer obispo y patrón de aquella ciudad aunque su sagrado cuerpo está ahora en la Iglesia Catedral en una insigne capilla de ella, que don Jerónimo Manrique, Inquisidor General y obispo de Ávila fundó y dotó.
Siendo pues esto así podría ser que descendiesen de aquí los Ahumada, que se retiraron a las montañas de Burgos o que ellos diesen después nuevo nombre a este lugar, que por ventura tenía otro diverso antiguamente.
Ahora no se conoce lugar llamado Ahumada cerca de Ávila, debiéronle de destruir, con otros muchos, y con la misma ciudad , que fue diversas veces asolada por las guerras en tiempo de los moros.
Todo lo antiguo está lleno de dudas y tinieblas y mucho más cuando son cosas tan particulares y menudas.
Lo que hemos dicho acerca de los apellidos Sánchez, Blázquez y Ávila se ha colegido de las historias, escrituras y relaciones más antiguas de aquella ciudad y de una antigua ejecutoria de nobleza del padre de la Santa que por ser tan cierta y manifiesta emparentaron él y sus hermanos y su padre con lo muy calificado y noble de Ávila. Lo que se ha referido de los Cepedas y Ahumada se ha sacado de los libros de linajes que están en poder de los Reyes de armas del Rey Don Felipe IV, nuestro señor y de Historias fidedignas de Castilla. Mas la genealogía y parentesco de hermanos y padres de la Santa se ha recogido de escrituras y testimonios auténticos donde se halla escrito.”
Más adelante en la pág. 109 de dicho libro se hace referencia al escudo de armas de los padres de Santa Teresa en estos términos:
“También se colige de lo dicha la razón y aún el misterio de todas las insignias y blasones que representa el escudo de armas que honraba la fachada y puerta delas casas que fueron de los padres de nuestra bienaventurada Madre, en Ávila, donde ella nació y donde ahora se acaba de labrar el templo convento de Carmelitas Descalzos, dedicado a su nombre, con título de Santa Teresa.
El cual escudo, dividido en cuatro cuarteles tenía en el primero de a mano izquierda un león, y en el segundo, debajo de éste, seis roeles, que pertenecen a la Casa de Velada y Navamorcuende; y en el primero de mano derecha, otro león orleado de aspas, que son de los Cepedas, y en el segundo, que está debajo de éste, tres faxas, o bandas, que es ilustre blasón de la muy antigua y noble Casa de los Velas, con la cual, la madre de la Santa, doña Beatriz de Ahumada, por su bisabuelo Juan Blázquez Dávila de Cordovilla, tenía parentesco.
A todo lo cual, para que de los Ahumadas también haya allí memoria, se pudieran añadir sus blasones, poniendo sobre el escudo la Torre Ahumada, con llamas de humo, y la cruz con los tres luceros de ocho puntas que parece están significando, no tanto las hazañas de los Ahumada, ya pasados sino las que había de obrar la nobilísima Ahumada Teresa, que quiso preciarse de este apellido, pues defendió la torre y el castillo antiguo de su religión del Carmen cuando más el infierno lo quiso con sus llamas abrasar, resucitando la Santa su antigua y primera perfección en la Reforma que hizo y plantando en ella la cruz de la mortificación entres las estrellas y luceros del sagrado Monte Carmelo que ahora con mayores luces resplandecen. ».
Hasta aquí lo que de la obra de Fray Jerónimo de San José hemos entresacado en relación con el apellido Humada.
HISTORIA DEL CARMEN DESCALZO EN ESPAÑA, PORTUGAL Y AMÉRICA
Por el P. Silverio de Santa Teresa O.C.D. Tomo I, cap. II
Imprenta Monte Carmelo 1935 Burgos
En la página 115 de esta publicación comienza el P. Silverio a relatar el linaje de Sta. Teresa añadiendo al libro “Historia del Carmen Descalzo” (1638) de Fray Jerónimo de San José, algunas aclaraciones sobre los apellidos de nuestra Santa.
Aunque en el libro hace referencia a los antecesores paternos y maternos aquí sólo haremos referencia a los ascendientes con el apellido Ahumada que es el que realmente nos interesa.
“Llamáronse los padres de Santa Teresa don Alonso Sánchez de Cepeda y Doña Beatriz de Ahumada …”.
“De sangre muy calificada fue también Santa Teresa por parte de madre, de la que heredó los apellidos de Dávila y Ahumada.
Bisabuelos maternos de la Santa fueron Juan Blázquez Dávila de Cordovilla (hijo de Fernán Núñez, que lo fue de Vela Núñez y de María González, quien, a su vez, lo fue de Sancho Esteban), y Doña Beatriz de Ahumada, también de linaje ilustre. Este matrimonio tuvo dos hijos: Juan Dávila y Ahumada (1) y María Álvarez de Ahumada. El primero casó con Doña Teresa de las Cuevas, hija de Rodrigo de Oviedo y María de las Cuevas, personas principales ambas de la villa de Olmedo, donde vivían.
Juan Dávila y Ahumada y Doña Teresa, abuelos de la Santa, avecindados en Olmedo, tuvieron seis hijos: Antonio, Sancho, Juan de Ahumada, María de las Cuevas, Juana de Ahumada y Beatriz de Ahumada. Así se infiere de una donación hecha en Olmedo en 22 de febrero de 1516, ante Hernando Sayavedra, escribano público de la dicha villa, en que se lee textualmente, después de afirmar que cuatro hijos suyos (Antonio, Sancho (2), Juana de Ahumada y María de la Cueva) eran muertos, «a los cuales yo heredé y sucedí, como madre e legítima ascendiente, por su fin e muerte, muriendo, como murieron, después de fin e muerte del dicho Juan de Ahumada, mi señor e marido.
La madre de la Santa se apellida exclusivamente Ahumada. Los de Blázquez Dávila, que tenía de su abuelo y que la emparentaban con los más nobles linajes abulenses, no los usó nunca, que sepamos. El apellido Dávila, formado por contracción de Avila, fue adoptado mucho después de la repoblación de la ciudad de los Caballeros por las familias descendientes de los célebres fundadores de las citadas cuadrillas Blasco Jimeno o Jimén Blázquez y Esteban Domingo, de quienes descienden casas muy nobles de Castilla como los Veladas, San Román, Navamorcuende.
Del apellido Ahumada habla así Fr. Jerónimo de S. José: « El segundo apellido materno de nuestra bienaventurada Madre es el de Ahumada, antiguo, noble y (como dijimos del de Cepeda) muy significativo y misterioso. Esta voz Ahumada, derivada de humo, bien claro se ve lo que significa. Porque, o se toma por nombre sustantivo, y entonces ahumada quiere decir la humareda o señal que con humo se hace de día en las atalayas para dar aviso unas a otras de que hay enemigo en la tierra, o en la mar, que como de noche se hace esta señal con fuego, cuya luz en las tinieblas resplandece, así de día se hace con humo que asombrando el aire resplandece con su obscuridad. Pero si esta voz ahumada se toma por nombre adjetivo, quiere decir cosa denegrida del humo, o en que el humo ha hecho alguna impresión.
»Parece haber tomado los Ahumadas este apellido de una hazaña que también les dio insignias y blasón. Porque al tiempo de la pérdida de España, se dice que habiendo defendido en Burgos uno de ellos, llamado Fernando, con tres hijos suyos, una torre o castillo que tenía a su cargo hasta que los moros le pegaron fuego, retirándose a las montañas con el infante D: Pelayo, le dio el Infante por armas una torre ahumada, echando llamas por puertas, ventanas y homenaje. Y es de creer tomaría de aquí este caballero el nombre y apellido de Ahumada (3). Añadieron después sus valerosos descendientes a este escudo tres corazones humanos y al pie de la torre unas aguas azules y blancas con una orla de sangre y en ella cuatro estrellas de oro, espada y brazo armado sobre el escudo, que todo tendrá su misterio y significación en testimonio de la nobleza y hazañas de estos caballeros. De este, pues, Fernando de Ahumada procedieron muchas nobles familias que se honran con este apellido, y principalmente dos: una que hizo asiento en el Valle y Merindad de Antezana, en las montañas de Burgos (4), la cual y sus descendientes han conservado el blasón y armas referidas. La otra en las mismas montañas en la villa de Ahumada, que por ventura fundaron ellos o, por lo menos, le dieron su apellido, y está en la Merindad que llaman de Villadiego, debajo de la Peña Damaya (5). Es behetría, que sólo los señores de la casa son exentos de pagar pecho y tienen cierto vasallaje sobre los vecinos de la villa…
De alguna de estas dos familias vienen los Ahumadas de Ávila, de quien desciende la madre de nuestra gloriosa Santa, llamada Doña Beatriz de Ahumada» (6).
Sin entrar en discusiones sobre lo que dice aquí Fr. Jerónimo de S. José, es más probable que en las incursiones de los montañeses cántabros a Castilla después de la muerte de Alonso el Católico, fundaran pueblos de behetría en las cercanías de Mave y Amaya, conquistadas por dicho monarca y repobladas hacia 865 por Ordoño I.
Uno de éstos pueblos se llamó Humada, al Norte del actual Villadiego, que tomó el nombre de una familia poderosa que edificó allí casa y torre. Se sabe que de este pueblo fueron Gonzalo Ruiz de Humada y sus hijos Pedro de Humada, Gómez Ruiz y Rodrigo de Humada. En Sandoval de la Reina, partido judicial de Villadiego, había también una familia apellidada Ahumada, y aunque no se sabe a fecha fija cuándo se estableció, es cierto que para el año de 1594 ya lo estaba, puesto que figuran confirmados en su iglesia parroquial varios individuos con este apellido (7).
De todas suertes, el origen de este apellido es muy oscuro.
En cuanto al escudo de la familia de Sta. Teresa, no hay unanimidad en los escritores respecto de los blasones que lo componían. La descripción más antigua y autorizada que conocemos, la trae Fr. Jerónimo de S. José en su Historia del Carmen Descalzo (8), y es como sigue: « El escudo de armas que honraba la fachada y puerta de las casas que fueron de los padres de nuestra bienaventurada Madre en Avila, donde ella nació, y donde ahora se acaba de labrar el templo y convento de Carmelitas Descalzos, dedicado a su nombre, con título de Santa Teresa…, dividido en cuatro cuarteles, tenía en el primero de a mano izquierda un león, y en el segundo, debajo de éste, seis róeles, que pertenecen a la Casa de Velada y Navamorcuende; y en el primero de mano derecha, otro león orleado de aspas, que son de los Cepedas, y en el segundo, que está debajo de éste, tres faxas, o bandas, que es ilustre blasón de la muy antigua y noble Casa de los Velas, con la cual, la madre de la Santa, doña Beatriz de Ahumada, por su bisabuelo Juan Blázquez Dávila de Cordovilla, tenía parentesco.
A todo lo cual, para que de los Ahumadas también haya allí memoria, se pudieran añadir sus blasones, poniendo sobre el escudo la Torre Ahumada, con llamas de humo, y la cruz con los tres luceros de ocho puntas». Salvo los luceros de a ocho puntas, de que acaba de hablarnos el P. Jerónimo, el escudo que describe es idéntico al que se colocó en el nuevo convento de Carmelitas Descalzos de Avila, edificado en el solar de las casas de los padres de la Santa, y del cual escudo trae una reproducción el P. Antonio de San Joaquín en el Año Teresiano (Enero, día 4, pág. 61).(9)
Llorente Paggi, en su libro Origen de los linajes de Avila, hace esta descripción: «De las armas del esclarecido y noble linaje de D. Alonso Sánchez de Cepeda y Toledo, son: escudo acuartelado. El primer cuartel de color de gules y un león rampante de oro linguado del mismo metal, bordadura de gules y ocho aspas de oro. El segundo cuartel de oro y un león rampante de gules linguado del mismo color. El tercero, de color azur y tres fajas de oro; y el cuarto, de oro y seis roeles de color azur» (10)
El mismo autor hace esta descripción hablando del escudo de los Ahumadas: «Sus armas son escudo cuartelado el primero, y cuarto cuartel de plata él y una cruz del mismo metal, fileteada de color sable y de forma como la cruz de Calatrava; el segundo y tercer cuartel de oro y cinco estrellas de plata con ocho puntas fileteadas de color sable».
La disposición de los cuarteles en el escudo de los Cepedas y Ahumadas, según Fr. Jerónimo de S. José, arriba copiado, discrepa algún tanto del escudo que las Carmelitas Descalzas de S. José de Avila tienen en su locutorio, que se reproduce en el árbol genealógico de la Santa que en el mismo locutorio guardan. Los dos cuarteles superiores ostentan las bandas y róeles; y los inferiores, el león rampante, rodeado de las ocho aspas y la torre del homenaje lanzando humo y coronada por una cruz sencilla. Remata el escudo en casco de guerrero con airones magníficos, que le dan imponente majestad. En cambio, el que lleva el árbol genealógico, propiedad de los Carmelitas Descalzos de Avila, hecho en el siglo XVII, se asemeja en todo al escudo descrito por Fr. Jerónimo.
Esta ligera alteración de en el escudo de los Cepedas, Dávilas y Ahumadas, en nada cambia los blasones o atributos de su hidalguía, que en todos son los mismos: seis róeles, los mismos que poblaban el escudo de los famosísimos caballeros de Blasco Jimeno—los de Esteban Domingo llevaban doce—, que luego pasaron a la casa de los Sánchez de Toledo y Velada; el león rampante, otorgado por los reyes de este nombre a los primeros Cepedas; el león sinistrado con las ocho aspas, que recuerdan los memorables hechos de armas verificados en el cerco de Baeza por la fiesta de S. Andrés Apóstol; las fajas o bandas de los Dávilas, y la torre humeante de los Ahumadas.
Los especialistas de la Heráldica y del Blasón saben muy bien las confusiones inextricables que hay cuando se quiere formar el árbol genealógico de las grandes y antiguas familias y sus numerosos entronques con otras, que a veces constituyen verdadera y enmarañada selva de nombres y apellidos, de muchos de los cuales es difícil precisar el origen.
Añadamos a esto la verdadera anarquía que en ellas reinó en la adopción de apellidos, principalmente a partir del siglo XIV, y se comprenderá lo arduo que es hoy al genealogista averiguar la razón del parentesco que tantas familias españolas pretenden tener con Sta. Teresa. No cabe duda que las de Velada, Navamorcuende, Peñaranda de Bracamente, Las Navas, la de Cepeda de Osuna, la Superunda y los Ahumadas de Andalucía y algunas otras, tienen derecho a considerarse parientes de doña Teresa de Cepeda y Ahumada, que tanto lustre les da aún en lo humano, sin olvidar que, según decía la Santa, la única aristocracia digna de loa sempiterna es la aristocracia de la virtud y de las buenas y claras acciones.
(1) Algunos, como Ribera (Vida, lib. I , cap. I I I ) , María de S. José (Libro de Recreaciones, Recreación IX), y Manuel de Sto. Tomás (La Mujer Grande, pág. XXIV, del Prólogo), le llaman Mateo de Ahumada. Los Bolandos (Acta S. Teresiae, § I I , número 19), Juan Mateo Blázquez de Ahumada, y lo mismo hacen las Carmelitas del primer monasterio de París (Oeuvres complétes de S. Térese, t. I I , pág. 401) y otros autores. Juan, a secas, le llama su mujer en documentos firmados por ella, y no hay duda que con tal nombre se le conoció siempre. Lo propio decimos del nombre de la abuela materna de la Santa, que es, sin género de duda, Doña Teresa de las Cuevas, y no Doña Juana de Tapia, que leemos en muchos autores, o Teresa de Tapia, que escribe María de S. José en tel lugar arriba citado.
(2) En la citada partición de bienes hecha por Doña Teresa de las Cuevas a 22 de febrero de 1516, en la que favorece en tercio y quinto a Doña Beatriz de Ahumada, se dice respecto de sus dos hijos Antonio y Sancho, ya difuntos, que fueron a las guerras de Nápoles, con armas propias y caballos que ella misma les había comprado. Probablemente, en Italia morirían los dos.
(3) Con razón se ha puesto en duda la existencia de la fortaleza burgalesa de que habla el P. Jerónimo, puesto que Burgos no tuvo importancia alguna hasta la época de la Reconquista; la tenían, en cambio, Rodilia—hoy Monasterio de Rodilla—y Bravum-Burgia, actualmente Nuez de Abajo. No menos dudoso es que D. Pelayo concediese escudo de armas a este caballero, ya que tales concesiones comenzaron en tiempo de Fernando III el Santo.
(4) Esta Merindad actualmente pertenece a la provincia de Alava.
(5) Amaya se llama ahora,
(6) Historia del Carmen Descalzo, Fray Jerónimo de San José (1638) Tomo. I , libro. II , capítulo. I , núm. 9, págs, 307 y 308.
(7) Enciclopedia heráldica y genealógica hispano-americana por Alberto y Arturo García Caraffa, t. 47, págs. 247-250, donde nuestro amigo D. Luciano Huidobro hace atinadas consideraciones sobre el apellido Ahumada. Los primeros Ahumadas de Sandoval de la Reina fueron Bernardo de Ahumada (fue confirmado en 1594), que tuvo a Alonso de Ahumada, quien casó con Casilda Fuentes. Otra rama fue la de Martín de Ahumada, padre de Juan de Ahumada y de Andrés de Ahumada, De éste resultó otra tercera.
(8) Historia del Carmen Descalzo Fray Jerónimo de San José (1638) T. I , lib. I I , cap. I , núm. 11, págs. 309-310,
(9) Año Teresiano. Fray Antonio de San Joaquín (1733) Enero, día 4 pág. 61 “El segundo apellido que nombramos Ahumada, ha sido siempre de igual ejecutoria. Sábese por tradición antiquísima, que cierto caballero, llamado Fernando, defendió un castillo de los moros sin más tropas que tres hijos, quien después que los sitiadores le pusieron fuego, logró encubrirse entre la densa opacidad del humo y quedando libre tomó la apelación de Ahumada, alusiva a esta insigne refriega. En atención a tan raro suceso añaden que los Reyes distinguieron su lustre dándoles por armas una torre o castillo, brotando incendios por todo su homenaje, cuyas insignias coronan el escudo de Teresa”.
(10) Este mismo autor dice hablando dél escudo de los Ahumadas: «Sus armas son escudo cuartelado el primero, y cuarto cuartel de plata él y una cruz del mismo metal, fileteada de color sable y de forma como la cruz de Calatrava; el segundo y tercer cuartel de oro y cinco estrellas de plata con ocho puntas fileteadas de color sable».
SANTA TERESA DE JESÚS. Sus progenitores y hermanos
Luis de Roa y Ursua
Luis de Roa y Ursua (1874 – 1947), genealogista chileno, en un artículo titulado “San Teresa de Jesús. Sus progenitores y hermanos” en una nota al pie de la primera página hace la siguiente aclaración :
“En la “Enciclopedia Heráldica y Genealógica Hispano-Americana” por Alberto y Arturo Carraffa, editada en Madrid, se publicaron como apéndice a los apellidos Ahumada y Cepeda unas notas genealógicas que hallé en el archivo parroquial de Humada (Villadiego) sobre la familia Ahumada, procedente de las Encartaciones de Vizcaya, establecida en el pueblo que lleva su nombre, donde tenía torre fuerte y ciertos derechos señoriales que resultaban gravosos para los vecinos, por lo cual quisieron verse libres de ellos y promovieron pleito.
Como allí quedaba perdurable en recuerdo de esta familia, se celebró grandemente la canonización de Santa Teresa de Jesús, mandando hacer una bella estatua de la Santa, que aún recibe veneración en su iglesia, y una campana que lleva su nombre.
ALOCUCIÓN DE LUCIANO HUIDOBRO SERNA EN VILLADIEGO, EL DÍA DE LA DEDICACIÓN DE UNA AVENIDA A LOS REYES CATÓLICOS DON FERNANDO Y DOÑA ISABEL
D. LUCIANO HUIDOBRO SERNA
EL 17 DE AGOSTO DE 1953
D. Luciano Huidobro y Serna (Villadiego 1874 – 1958) sacerdote e historiador, licenciado en Filosofía y Letras, Teología y Doctor en Derecho Canónico dedicando a la investigación científica y arqueológica mucho esfuerzo y años, fruto de ello son los numerosas publicaciones de Historia, Arte, Arqueología…
Por su conocido libro de tres tomos Las peregrinaciones jacobease fue galardonado con el premio del Instituto de España. .
Su ingente labor como investigador fue ampliamente reconocida y así fue nombrado académico de la Real Academia de la Historia, de la Real Academia de Bellas Artes de S. Fernando y de la Academia de las Buenas Letras de Sevilla; académico numerario de la Institución Fernán González de la que llegó a ser vicedirector, presidente de la Comisión Monumentos de Burgos, cronista de la Provincia de Burgos y un largo etc. de reconocimientos
De dicha alocución entresacamos el siguiente párrafo: “Entre los personajes que visitaron la Villa se encuentran el Rey Enrique IV, gran amigo de la familia de Santa Cruz, fundadores y engrandecedores del Convento de Agustinas de San Miguel de los Ángeles y, más tarde, Santa Teresa de Jesús, gran santa y literata, que no desconocía el solar de sus antecesores en Humada…. Ambos datos constan en el archivo del citado Convento que guarda como reliquia la carta escrita por la Santa, agradeciendo a la Comunidad su hospedaje. …”